Con motivo de la conmemoración de los 50 años de la Riada de Chiclana del 19 de octubre de 1965, la Comisión de esta efemérides ha querido mostrar en la calle las diferentes alturas que el agua alcanzó en el centro urbano de la ciudad y en otras zonas. Por ello, desde hoy se desarrolla la exposición 'La Riada en la calle', que cuenta con algunas fotos anónimas, otras de Juan Martínez Neto 'Jumán' y otras de Juan Barberá Baro. La plaza de España, la Alameda del Río, las calles La Vega, La Plaza, Corredora y Jardines, el Puente Chico, la barriada del Carmen y la barriada de El Pilar son las ubicaciones elegidas para esta muestra, que contará con un total de diez carteles.
El alcalde de la ciudad, José María Román, ha estado presente en la instalación de los carteles de esta exposición, junto a la delegada municipal de Cultura, Pepa Vela; la delegada municipal de Fomento, Carmen Jiménez, y el comisario de la Comisión de la Riada, José Luis Aragón Panés. El alcalde ha hecho hincapié en la importancia de las actuaciones que acometieron en el río tras la Riada, porque a día de hoy la muralla que bordea el Iro tiene casi la misma altura de ese 1,90 metros, que alcanzó el agua en la calle La Plaza, con respecto al nivel del río, por lo que, ha asegurado, “las cosas se hicieron bastante bien a partir de entonces”. Román también ha destacado que “es obligado que se haga este recordatorio, con estos carteles, para que todos tomen conciencia de hasta dónde llegó el agua en una extensión tan amplia”.
En este mismo sentido, José Luis Aragón Panés, ha señalado que estos hitos, se han colocado para satisfacer la curiosidad de muchos, que siempre han preguntado que hasta dónde llegó el agua y “para recordar también que nunca se inundó tanto como aquel día”.
En cuanto a la cartelería colocada, cabe destacar que la confluencia de la calle Huerta Chica, Plaza de España, calle La Fuente y Alameda del Río, al pie entonces del Puente Grande, fue la zona más afectada por las virulencia de las aguas, que llegaron a derribar varios edificios. Es donde mayor altura alcanzó la inundación en el centro urbano. Este cartel está en la plaza de España, en el edificio de Chiclana Natural. El agua alcanzó los 2,60 metros.
El segundo de ellos habrá que buscarlo en el acceso al parking de la Alameda del Río. El desbordamiento del río Iro causó grandes pérdidas en ambos márgenes del mismo, especialmente en la Alameda, donde las aguas dañaron un gran número de comercios y viviendas debido a la gran fuerza que alcanzó. Aquí enfrente arrasó con parte de la cimentación del Teatro García Gutiérrez (1959), que tuvo que ser derribado. La altura fue de 2,05 metros.
Continuando el paseo, la Biblioteca Municipal, en la calle La Vega, muestra el 1,85 metros al que llegó el agua. Las calles La Vega, García Gutiérrez y Mendaro se convirtieron en una gran corriente de agua que desembocaban en las salinas, más allá del Retortillo. Ahí fue a parar un gran número de enseres, mobiliario y hasta animales muertos, como el kiosko de Manuel Leal, que entonces estaba situado enfrente de la Farmacia Central. Todos los comercios sufrieron enormes pérdidas por la acción del fango.
Más adelante, en la misma calle, pero a la altura de la Peña Emilio Oliva, estará la siguiente ubicación. Las aguas del río Iro bajaban con gran velocidad por las calle de La Vega y La Fuente, confluyendo con enorme fuerza en esta esquina, donde entonces se encontraba el bar regentado por Perico Revuelta Marín. Aquí rompían las botas de vino que flotando habían salido de la bodega de Juan Guerrero. La mayoría acabó en Las Albinas.
A 1,70 metros llegó el agua en la calle Corredera, en la Casa Canito. Así, la confluencia de las calles de la Vega, Corredera y Joaquín Arbolí padeció también la fuerza de las aguas, incrementada por la que venía corriendo por la calle de la Plaza y por la calle Arroyuelo entraba ya en zona de marisma. Por aquí pasaron un gran número de camiones y enseres.
La calle de La Plaza fue una de las más afectadas por las fuertes corrientes, y también fue escenario de uno de los capítulos de solidaridad y salvamento más recordados de la riada: el de Victoria Baro y los niños del comedor de Auxilio Social (frente a la Oficina de Turismo), que fueron trasladado a un camión del que, a su vez, tuvieron que ser rescatado por los vecinos Carlos Cañizares y Luis Barberá, que los trasladaron a sus azoteas. La Casa Cañizares acogerá esa sexta fotografía, que mostrará el 1,90 metros que alcanzó el agua.
La visita continuará en la escalera del Puente Chico, en la calle Carmen Picazo, porque la Riada siempre estará vinculada en la memoria colectiva al Puente Chico construido en 1927 y diseñado por el ingeniero de la Marina José de Aguilar. Las fuerza de las aguas derribó su escalinata que estaba en este preciso lugar. La ampliación del cauce del río obligó a su derribo, sustituyéndose por una pasarela en 1968, que es la existente en la actualidad. La altura aquí fue de 2,05 metros.
La calle Jardines vio subir el agua hasta 4,00 metros. En el muro de la Iglesia de San Sebastián estará esta fotografía. El entorno de la calle Jardines, desde la llamada Fuente Vieja hasta la Escalereta, fue uno de los que más daños recibió por la acometida de la riada. A lo que contribuyó el enorme tapón que se creó en el pequeño ojo del entonces Puente Grande, situado en lo que hoy es la Gran Plaza. Dicho puente, bautizado en honor a Isabel II y construido a finales del siglo XIX, no sufrió daños estructurales, pero fue derribado para construir el actual y la nueva carretera N-340.
2,05 metros subió el agua en la Barriada del Carmen, siendo una de las que mayores pérdidas alcanzó durante la riada, por la confluencia de la pleamar en los cercanos caños mareales y de la inundación del río Iro. La intensa corriente vació prácticamente los pisos situado en los bajos y obligó al salvamento de gran parte de sus habitantes por la Armada y por los helicópteros llegados desde la Base Naval de Rota. La fotografía estará en el Campo de Fútbol.
La última imagen de esta muestra estará en el pabellón Ciudad de Chiclana, junto a la barriada de El Pilar, zona en la que el agua subió entre 4 y 7 metros. Esta barriada fue la que padeció, por su cercanía al río pero también por estar situada por debajo de la cota de agua, la mayor de las inundaciones. Las aguas superaron las viviendas de la primera planta y llegaron a media altura de la segunda. Entre los cuatro y siete metros. Los vecinos, refugiados en los techos, tuvieron que ser evacuados por la Guardia Civil, la Marina y los helicópteros de la Base Naval de Rota.