Los Objetivos de Desarrollo Sostenible cumplen su quinto aniversario en la jornada de hoy. La Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de septiembre de 2015, es el marco político internacional que los Estados miembros de Naciones Unidas han asumido como hoja de ruta para la sostenibilidad de la vida de las personas desde una perspectiva social, cultural, económica y medio ambiental. De ahí que los cinco pilares sobre los que se construye la Agenda sean planeta, personas, paz, prosperidad y alianzas.
Los ODS constituyen un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo estableciendose un plan para alcanzar los Objetivos en 15 años. 17 Objetivos que conectan de manera directa la acción internacional, nacional y local, y que sitúan a las ciudades y a sus gobiernos como poderes públicos primordiales para su efectiva consecución. Así, lo reconoce la Resolución de Naciones Unidas que adoptó la Agenda, y así se reafirmó en la Declaración aprobada día 25 de septiembre de 2019 en el marco de la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (Nueva York).
Actualmente, se está progresando en muchos lugares, pero, en general, las medidas encaminadas a lograr los Objetivos todavía no avanzan a la velocidad ni en la escala necesarias. El año 2020 marca el inicio de una década de acción ambiciosa a fin de alcanzar los Objetivos para 2030. Pero se observa que, en lugar de acelerarse la acción sobre los ODS, se ha producido un estancamiento y retroceso en algunas áreas debido a la irrupción de la pandemia de la COVID-19.
Necesitamos de forma urgente una mayor ambición. Ésta deberá ser acompañada de un liderazgo y unos esfuerzos colectivos renovados que busquen soluciones para reconstruir mejor después de la pandemia de la COVID-19. Soluciones que han de estar basadas en un plan de acción global que ponga a las personas en el centro de la respuesta para lograr resultados más equitativos y resistentes para todos: la Agenda 2030.
En este panorama, es igualmente necesaria una mayor relevancia de las ciudades como referentes globales de las políticas a favor de la sostenibilidad humana, para lograr que la voz de los poderes locales cuente, haciendo nuestra, una responsabilidad internacional que pone el acento en “no dejar a nadie atrás”.
A nivel local, la adhesión en diciembre de 2017 a la iniciativa de la Nueva Agenda Urbana, resultado de la aprobación de la Agenda de Desarrollo 2030 y de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), así como de la Nueva Agenda Urbana, surgida en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (HABITAT III) en 2016, tuvieron un precedente en el compromiso de la reducción de las emisiones de CO2 recogido en el Pacto de los Alcaldes, recientemente renovado y ampliado a través del Pacto de las Alcaldías por el Clima y la Energía 2030, suscrito en julio de este mismo año.
Compromisos a los que se suman la Declaración Institucional en favor de la Agenda 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y la adhesión a la Red de Entidades Locales para desarrollar los ODS de la Agenda 2030, auspiciada por la FEMP, el pasado 27 de agosto, en un compromiso decidido por la implementación de la Agenda Chiclana 2030.
Las acciones derivadas de esos compromisos han sido numerosas e importantes en los últimos años, y han tenido reflejo en diferentes esferas de la vida de la ciudad, desde la planificación y acción en materia de igualdad o salud, a las políticas urbanísticas y ambientales, de vivienda, de movilidad, en materia de turismo y cultura, administración electrónica y Smart Cities, etc., con una especial atención en los Servicios Sociales.
Con acciones concretas como el Plan de Modernización Energética, con un importante ahorro en la factura eléctrica y la difusión de luminarias led. La creación de carriles bici, la mejora del transporte público urbano, el programa de modernización comercial, los planes de arreglo y mejoras en barriadas , la gestión de residuos urbanos con la nueva planta de transferencia.
El apoyo económico para dichas acciones ha recaido en fuentes de financiación propias, pero también externas, desde la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI), la Iniciativa Territorial Integrada (ITI Bahía de Cádiz), el IDAE, etc., y en espera igualmente del cumplimiento de los compromisos adquiridos por la Junta de Andalucía con la ciudad para la ITI de Sancti Petrí, o las carreteras del Molino viejo o Cañada de los Barrancos
Desde Chiclana pretendemos dar, con la implementación de la Agenda Chiclana 2030, un renovado impulso a un decálogo de objetivos estratégicos, que van desde la ordenación del territorio al fomento de la cohesión social y la equidad, la mejora de los instrumentos de intervención y gobernanza, pasando por la prevención y reducción de los impactos del cambio climático, una gestión mas sostenible de los recursos favoreciendo la economía circular, el impulso de la economía urbana, el acceso a la vivienda, o el fomento de la innovación digital, entre otros.
Es por tanto una etapa para la acción y para la participación, con las miras puesta en la ciudadanía y en una ciudad mas sostenible e igualitaria.