Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado mantienen abierta una investigación para esclarecer el paradero de Francisco Molina, el joven cordobés de 16 años desaparecido desde el 2 de julio de 2015 en la capital cordobesa y que se sabe que se dirigió hacia Madrid al día siguiente, aunque por el momento no han trascendido más pistas sobre dónde se puede encontrar.
Así lo han confirmado a Europa Press fuentes cercanas a la investigación, que señalan que se trabaja en el caso, del que este martes se cumplen siete meses, en los que la familia ha organizado distintos actos "ante la desesperación" por "la falta de noticias", entre ellos una concentración a finales de septiembre en la capital cordobesa y a la que asistieron más de un centenar de personas, entre ellos representantes de distintas instituciones como el Ayuntamiento de Córdoba, la Diputación y la Subdelegación del Gobierno.
En este sentido, los agentes continúan con la búsqueda del menor de edad desde que se interpuso la denuncia en julio después de que quedara con unos amigos en la capital cordobesa. Desde esa fecha se dio de alta en las bases policiales como persona desaparecida para todo el ámbito español, europeo y en los distintos cuerpos policiales.
Mientras, su padre, Isidro Molina, desde el principio puso en duda que su hijo se marchara voluntariamente, ya que "no se llevó el dinero que tenía en casa, ni tampoco ropa", con lo que no entiende cómo, según testigos, el menor tomó un autobús hacia Madrid, donde se le perdió la pista.
Además, el progenitor recordó en su momento que su hijo avisó la noche del 2 de julio que "se quedaría a dormir en casa de sus amigos, como había hecho otras veces", si bien al día siguiente, tras no aparecer por su casa, junto a la zona del Zoco, en la capital cordobesa, Isidro habló con los amigos, quienes le dijeron que "no había dormido" en sus casas, tras lo cual denunció su desaparición.
Al respecto, apuntó que "su móvil está apagado desde las 0,17 horas del día 3 de julio" y los amigos comentaron que "había quedado con alguien que no conocían", resultando que "al día siguiente --el 3 de julio-- lo han visto cogiendo un autobús a Madrid", pero "se le pierde la vista, porque no hay grabaciones de las estaciones de Córdoba y Madrid en las que aparezca", según indicó el padre.
En el momento en que fue visto por última vez, Francisco Molina Sánchez llevaba unos vaqueros cortos, zapatillas deportivas negras y un polo blanco con los filos del cuello y las mangas con la bandera de España.