Ni trampa ni cartón. La cantante catalana Rosalía se ha apropiado de los focos de la Noche Blanca del Flamenco con un show que ha estado más cerca de las estrellas mundiales de la música americana que de la intimidad que inspira el recital flamenco.
De hecho, salvo por su arranque en ‘Catalina’ -que no deja de ser una versión de Manuel Vallejo actualizada- y por su expansiva canción ‘Que no salga la luna’ -una bulería que es el tema más flamenco de su disco ‘El mal querer’-, el flamenco apenas ha sido un ‘leit motiv’ en el recital que ha ofrecido esta noche la cantante catalana en Córdoba ante miles de personas.
Rosalía ha querido, eso sí, reivindicar la tierra que ha pisado y que la ha recibido casi con devoción. Lo ha hecho cuando, pasados 15 minutos de un concierto que ha empezado puntual y ha durado apenas 65 minutos, ha tomado la palabra para confesar que en Andalucía están los artistas que más admira.
“La música de Andalucía ha inspirado tanto mis canciones”, ha reconocido la cantante, que ha dicho, delante de 10.000 personas, estar viviendo “un sueño” en su segunda vez en Córdoba -la primera, hace dos años, cantó su disco 'Los Ángeles' para unas 300 en el Palacio de Viana-.
Con el público en el bolsillo desde el minuto uno, Rosalía ha ejecutado a la perfección su apabullante show, que no es ni más ni menos que una combinación entre un coordinado cuerpo de baile, unos lisérgicos pero efectivos visuales, una música electrónica de inspiración futurista y un acabado flamenco que aporta la propia cantante y, particularmente, sus coristas.
Papel estelar también del productor del disco, Pablo Díaz, El Guincho, que no se conforma con soltar pistas, sino que insiste en tocar la percusión en directo y en redondear el sonido del concierto, que, en algunos puntos del Coso de Los Califas, ha sonado cristalino.
En el repertorio del recital no ha faltado hit por tocar. Desde la primera canción, ‘Pienso en tu mirá’ hasta ‘Malamente’ -la última del lote-, pasando por 'Con altura' o 'Bagdad', la cantante catalana ha repasado todos los pelotazos de su incipiente carrera.
Una trayectoria que, si hay que guiarse por lo visto esta noche, va a estar en el futuro más ligada a un despegue internacional que a los tablaos que tanto admira, por mucho que el bis que haya elegido la cantante haya sido una versión a capela del tango 'Volver', que el público ha coreado con ella hasta que las voces se han apagado.
En otro punto de la ciudad, al mismo tiempo que Rosalía reivindicaba la raíz de su sonido, la sevillana Remedios Amaya se crecía en una plaza cordobesa a la luz de la luna ante centenares de personas.
Era también su primera vez en La Noche Blanca del Flamenco. También debutaban el resto de mujeres que han protagonizado esta edición, en la que la mujer flamenca se ha reivindicado como presente y futuro del género, y que será recordada por el multitudinario despliegue de la cantante catalana Rosalía.