Déjà vu del Sevilla ayer en el Calderón, pero con distinto traje. Muy similar la primera mitad sufrida a la disfrutada hace sólo siete días en un derbi para la historia. Fuera es un desastre.
Con dos bajas destacadas se presentaban los de Míchel sobre el césped del Vicente Calderón. Negredo, en el dique seco, cedía de inicio el gol al más que discutido Babá, mientras que el imprescindible Medel, por sanción, se quedaba en tierras andaluzas. Oportunidad para Kondogbia, que partió de titular.
Un choque que hasta el primer cuarto no tuvo historia. Descontrol de balón por uno y otro equipo, sin motivos de peligro en ninguna de las metas. Sólo un disparo sin mordiente de Reyes desde el borde del área sobre el marco de su ex equipo, el cual detuvo sin problemas Courtois.
Hasta que en el 19’ la película se tornó a gris oscuro para los nervionenses. Jugada borrascosa en el área sevillista, donde un balón que llegó a los pies de Falcao no se supo defender correctamente y entre caídas y rebotes, finalmente, terminó en Koke, que fue derribado por Fazio en el área pequeña de Palop. Penalti y más que discutida expulsión del argentino. Lo cierto, es que el Sevilla se quedó con diez para los 70 minutos restantes. Rigurosa decisión, no por el penalti, que fue claro, sino por la roja directa del colegiado Iglesias Villanueva al central y que muy pronto destrozaba el partido. Por supuesto, desde la pena máxima el ‘tigre’ Falcao no perdonó y fusiló a Palop para poner en el luminoso el 1-0 a los 21 minutos de juego.
El técnico no tuvo otra que reaccionar sobre la marcha. Botía fue el elegido para ocupar el hueco de Fazio en la zaga en detrimento de Kondogbia. Pero de nada sirve si el equipo, desde el pitido inicial sigue siendo tan plano como cada vez que juega lejos del Pizjuán. Con Reyes, Rakitic, Navas y compañía sin presencia ni mordiente -de Babá mejor ni hablamos, ¿para qué?-, los de Simeone tomaron el control del balón, sin mucho peligro hasta que en el 39’ una previsible contra de Falcao fue a los pies del turco Arda Turán, solo ante Palop, que disparó y para más inri sería Spahic el causante del 2-0 metiendo el balón en propia meta. Imagen paupérrima. De equipo indolente, sin sentimientos. Y para rematar la faena de una primera parte que sonaba y mucho llegó un nuevo error del central bosnio en la defensa a Diego Costa, que se marchó de su par y puso el balón de gol a Koke, que chutó de manera impecable e imparable para el meta sevillista. Así se iban los primeros 45 minutos. Con un 3-0 y muy poquito de un equipo que, aún con diez, no fue ni la sombra de aquel que goleaba en el derbi hace escasos días en el Pizjuán.
Segunda mitad con muy poco de fútbol. Era previsible. El Atlético no quiso hacer más daño al herido de muerte. Sólo Diego Costa o Falcao provocaron alguna acción ofensiva, hasta que en el 91’ Miranda puso la puntilla a placer con el doloroso 4-0.
Pero lo realmente importante, en un partido que estaba perdido desde el mínuto 43, era no borrar a más hombres con vistas al siguiente choque. Pues ni corto ni perezoso, Luna se fue de bocas en el banquillo y fue expulsado con roja directa, mientras que Rakitic, en su enésima torpeza desde que viste rojiblanco, se autoexpulsó casi al final por doble amarilla. Derrota amarga y para mirársela.
16 puntos de diferencia
La distancia a día de hoy entre el Atleti y el Sevilla dicta la realidad de una liga muy pero que muy mediocre.
Cinco derrotas a domicilio
Muy preocupante una cifra que hace inútil lo logrado en el Pizjuán cada domingo. Algo está fallando.
18 puntos y décimos
Mediocre posición de un Sevilla, que a pesar de todo, sigue a tiro de Europa. A dos de UEFA y a 4 de Champions.
Álex Rubio, la novedad en la lista de Míchel
La importante baja de Álvaro Negredo ha beneficiado al joven Álex Rubio, que ha disfrutado de su segunda convocatoria para un partido oficial con el primer plantel del Sevilla. El canterano y ‘nueve’ titular del Sevilla Atlético, lleva hasta la fecha dos tantos con el filial. Ayer, no disfrutó de minutos, aunque lo de Babá ya roza el ridículo.
