Del hoyo 1 al 18, de jueves a domingo, 47.218 personas arroparon a Jon Rahm en su camino hacia el triunfo en el Abierto de España de golf. El vizcaíno respondió a ese apoyo desbordante con un juego cautivador y valiente y con gestos que resumen su carisma.
Después de cada una de las cuatro vueltas que le hicieron merecedor del trofeo dedicó entre hora y hora y media a la atención de sus seguidores. "Incluso el viernes por la tarde, con el frío que hacía", apunta el presidente de la Real Federación Española de Golf, Gonzaga Escauriaza.
"Yo me acerqué a él para decirle que era suficiente y me contestó: 'No dejo a un solo niño sin mi firma'", recuerda.
Algunos se han llevado una fotografía con su ídolo; otros, un autógrafo; la mayoría, la certeza de estar ante un gran campeón.
"¡Ha cogido el driver!", exclamaba incrédulo un pequeño durante la cuarta y última vuelta.
"Es mi estilo de juego", se justificó en rueda de prensa Jon Rahm. "Me cuesta no jugar agresivo. Es difícil para mí jugar conservador y a veces no me divierte. Es un claro ejemplo que en el 15 haya intentado pegarla a green. Adam (su caddie) me estaba diciendo que podía pegar un hierro pero le he dicho que no, que me diera el driver porque no iba a pegar un hierro", explicó.
"Lo mismo en el 18 y la línea que pego con el drive. Ese sentimiento y esos instantes antes de darle a la bola sabiendo que vas a jugar agresivo, cuando haces luego un buen swing y ves la bola volar hacia donde quieres. Por eso lo hago, por lo bien que sienta, por la satisfacción de conseguirlo", confesó.
Con esa agresividad, el golfista de Barrika se siente cómodo. "En el playoff que tuve este año en Palm Springs iba a por la bandera estuviese donde estuviese; en el último golpe, que hizo que ganase, desde el rough, fui a por la bandera. Esos momentos en que ves la bola volar son los que hacen tan divertido este deporte", remarcó.
Pese a su reducido bagaje de dos años como profesional, su vistosa propuesta le ha permitido instalarse en el top-5 del ránking mundial. Cuenta ya con cinco títulos, dos del PGA Tour y tres del Circuito Europeo, y ambiciona llegar a triunfar en un 'major'.
En el pasado Masters de Augusta se quedó cerca, a tan solo cuatro golpes del estadounidense Patrick Reed. Desde ahí voló directamente a Madrid. Ya en la capital española se vio abrumado por la atención que despierta en público y medios.
"Supongo que el hecho de que no venga aquí a menudo influye mucho. También que me hayan visto jugar bien la semana pasada, en el Masters, y en otros torneos en Estados Unidos. En cuanto vengo aquí quieren verme jugar igual de bien", señaló.
Aun sin tiempo para saborear su éxito en el Abierto de España, perteneciente al Circuito Europeo, Jon Rahm prometió defender el título en la edición venidera.
"Y aunque no tenga que defenderlo, vendré también", anunció.
"Quiero ayudar a la federación española de golf. Todo lo que haga yo por ellos no será suficiente para compensar lo que ellos hicieron por mí. Si puedo, seguiré viniendo y ayudando todo lo que pueda", recalcó en zona mixta.
Desde la presidencia del ente federativo, Gonzaga Escauriaza analiza emocionado la 91ª edición del torneo.
"Han venido 47.000 personas, muchas de ellas no federadas. No creo que haya habido nunca un Open de España como este, de récord. La respuesta de los aficionados ha sido generosa y de un cariño espectacular", valoró esta mañana en declaraciones a EFE.
Está todavía conmovido por todo lo ocurrido en las siete últimas semanas hasta la celebración del evento.
"Hemos vivido cosas de corazón. Ha sido una experiencia humana de dedicación para que saliera el puzzle. Muchos voluntarios llegaban a las 3 de la mañana a quitar el agua y a las 8 se marchaban a sus respectivos trabajos. Entre 80 y 100 personas han dedicado su tiempo para que saliera adelante el torneo. La respuesta de la gente ha sido estupenda. Ha quedado demostrado que el pueblo español está con el golf. España y Madrid aman el golf", convino.
Escauriaza aseguró asimismo que la victoria de Jon Rahm -"espectacular en el campo y fuera de él y tiene detrás una familia fantástica", comenta- premia el buen momento de la disciplina.
"España tiene una suerte enorme. Desde 'Seve' Ballesteros no hemos dejado de tener gente mediática. José María Olazábal, Miguel Ángel Jiménez, Sergio García y ahora Jon Rahm o Rafa Cabrera Bello, que también es uno de los treinta mejores del mundo", apostilló.
El desafío ahora es atraer a patrocinadores para asegurar la continuidad del Abierto de España.
"Hay que pensar que el 25% de este torneo lo ha puesto la Federación de Madrid y la Federación Española. El resto lo ha puesto el Circuito Europeo. Sin el apoyo del Circuito Europeo no hubiésemos tenido Open de España los últimos tres años. Eso hay que hacérselo mirar", lamentó el barcelonés Pablo Larrazábal.
"Es difícil encontrar patrocinadores y convencer a las grandes compañías para que apuesten dinero por el golf", coincidió Rahm.
"Espero que después de esta semana vean que rendirá y ojalá se apunten y tengamos como había antes seis o siete torneos en España, que es lo que este país se merece", deseó el campeón de Vizcaya.