Desde la capital jienense llegan estos lagartitos canasteros. Extraña la idea y el concepto. Al parecer existe una leyenda en Jaén que ha convertido en símbolo de la ciudad. Aceptable la afinación y un marcado acento occidental en la interpretación. Dicen en el primer pasodoble que no van a cantar penas, pero aún así lo dedican a Julen y el tratamiento que hicieron los medios del caso.
La segunda copla la dedican a las mujeres, en concreto a la lagarta que quieren. Largos los cuplés de esta comparsa. El popurrí se dispersa, precisamente, por lo local del tipo.