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El Puerto

Descubriendo los secretos que encierra la Iglesia Mayor Prioral

Este viernes, a las 18.15, se ofrecerá la última visita guiada a este emblemático enclave

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¿Se han preguntado alguna vez cómo se edificaron los principales monumentos históricos y culturales que se asientan en nuestra ciudad? ¿Han viajado, alguna vez, a esta época? Esta semana, locales y portuenses han tenido la posibilidad de acercarse un poco más a esta época y conocer la historia de lo que conocemos hoy como El Puerto de Santa María a través de uno de los monumentos más emblemáticos de nuestra localidad, la Iglesia Mayor Prioral.

Y es que, en muy pocas ocasiones se tiene la oportunidad de conocer tan de cerca y, además, narrada por profesionales del sector turístico la historia de cómo nace y va evolucionando la construcción de este magnífico monumento que se encuentra ubicado en la plaza de España.
La visita comienza a las puertas de la misma, en las que las guías de esta iniciativa piloto – de las empresas locales Hesperia y Amaria Alcanter – narran de forma breve cómo se va creando la ciudad de El Puerto y sus principales referentes artísticos, arquitectónicos y culturales como El Castillo, el Monasterio de La Victoria o la propia Prioral.

Una vez en la iglesia Prioral, se produce un viaje en el tiempo, y el visitante se situará en la España del siglo XV, justo cuando empieza a construirse este enclave de nuestro patrimonio. De hecho, y tal y como cuenta la historia, fueron los Duques de Medinaceli los promotores de esta infraestructura que tardaría cerca de tres siglos en llegar a su fin. Además, y como la mayoría de los grandes edificios – y ciudades en general – de nuestro entorno, este monumento se construyó gracias a la piedra obtenida de las canteras de la sierra de San Cristóbal.

La iglesia Prioral de El Puerto cuenta además con diversas similitudes de grandes edificaciones cercano a esta tierra como las Catedrales de Jerez, Sevilla o Cádiz. En este sentido, cabe destacar que el exterior es prácticamente igual al de la ciudad vecina de El Puerto, la puerta de El Perdón recuerda a la de Sevilla y el altar mayor es idéntico al que podemos encontrar en Cádiz, sólo que una versión en miniatura. Así, podemos inferir la gran influencia existente entre las localidades aledañas a la nuestra y, asimismo, la escasez de arquitectos de la época, ya que se presupone que había únicamente dos o tres maestros, a lo sumo, en toda la región. A esto habría que añadir el hecho de que unos arquitectos retoman los proyectos de sus predecesores, a su muerte, lo que hace suponer que todos estos edificios tengan características parecidas.

Alonso Rodríguez fue el primero de estos maestros de obras, y, en el siglo XVII, toma su relevo el segundo de los arquitectos que interviene en esta edificación, Antón Martín Calafate.
Entre tanto y entre los tres siglos que transcurrieron desde el inicio de las obras, hasta su conclusión, determinados acontecimientos marcaron la vida de esta iglesia Prioral, entre los que destacan la paralización de sus obras o el derrumbe de partes de su fachada. Esto provoca que en este monumento convivan de forma simultánea varios estilos como el gótico, el plateresco o el barroco.

interior
Sin embargo, no cabe la menor duda de que es en su interior donde se esconden la mayor parte de los tesoros que encierra nuestra Prioral. Nos referimos, por supuesto, a la patrona de la ciudad, Nuestra Señora de los Milagros. Su ajuar, así como distintos obsequios de plata, donaciones de la familia Medinaceli, engalanan a esta talla encontrada, según cuenta la leyenda, en el siglo XIII por Alfonso X El Sabio. No obstante, una peculiaridad que tiene esta Virgen es que, en el siglo XVII, cortaron la talla a la altura de la cintura para, así, poder vestirla y ataviarla. Labor esta última que siguen realizando escrupulosamente las conocidas como Camareras de la Virgen, que se ocupan de arreglarla.

Otra de las joyas que se encuentra en el interior de la Prioral es su coro y su sillería. Fechados del siglo XVIII, presenta una original peculiaridad y es que en la parte de debajo de cada banco, se encuentra tallada una cara. Particularidad ésta que no suelen aparecer en la mayoría de los coros que encontramos en las demás iglesias o catedrales del territorio español.

El Altar Mayor, obra de Torcuato Benjumeda, y como ya comentamos anteriormente, es casi idéntico al que podemos encontrar en Cádiz y es que, ambos, se realizaron prácticamente a la vez.
Asimismo, destacar que la iglesia Prioral está compuesta de doce capillas, además de las dos que se encuentran a ambos lados de la sillería y la del Altar Mayor.

leyendas
No podemos olvidar algo que, indiscutiblemente forma parte de nuestra historia. Son todas esas leyendas que hemos escuchado y de las que existen dos, tres y hasta diez versiones distintas de un mismo acontecimiento. Que duda cabe que la Prioral también esconde estas leyendas pero, en su caso, en túneles subterráneos. Y es que, tal y como cuenta la leyenda, debajo de la iglesia Prioral se encuentran túneles que conectan con el Castillo de San Marcos o incluso, van hasta la playa de La Puntilla. Se dice, o se escucha, que era por cuestiones defensivas, en la época de la guerra de la Independencia. Sin embargo, y gracias a su categoría de leyendas, no podremos saber a ciencia cierta de su existencia.

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