El Ayuntamiento portuense ya está avisado de que o cambia el rumbo en el que está instalado, o será intervenido de una forma total por el Ministerio de Economía y Hacienda.
El aviso es claro y meridiano para el que tiene y debe hacer valer su papel final de fiscalizador de unas cuentas y de unos pagos que, a día de hoy, no cumplen con lo que dicta la ley.
El Ayuntamiento ni cumple ni tiene, lamentablemente, los mecanismos de hacer cambiar una dinámica a corto plazo y que parece va a tener los días contados y con una fecha de caducidad, mal que le pese al Consistorio.
El Ministerio acecha para reducir a menos de 30 días el tiempo para pagar sus facturas y todo ello ante una deuda de 15,5 millones de euros que mantiene con los proveedores. El Ayuntamiento tiene de media 131 días como plazo de pago.
La advertencia llega después de tener que negociar con éste la rebaja pretendida en un Presupuesto municipal que sigue sin estar en este final de año. Todo un fracaso económico y de gestión para un Ayuntamiento que no paga cuando debe y que ha visto cómo, al menos por dos veces, le eran embargadas las cuentas de su empresa municipal Impulsa El Puerto, esta vez por no pagar los correspondientes pagos.
Su intervención, ésta ya de una manera global, se une a la que mantiene al estar sujeto con el Plan de Ajuste que controla y supervisa todas las operaciones que realiza el ente público.