Hoy comienza el futuro

El curso universitario se inicia hoy. El lunes el metro, como una arteria, se llenará de sangre oxigenada, de jóvenes para los que comienza el modelado de un porvenir profesional esperanzador. Veremos prosperar en el próximo lustro la formación de juristas, arquitectos, científicos, historiadores o médicos. Será la etapa más hermosa de sus vidas. Este metro ha visto ya en su corta historia la maduración de muchos de ellos, como esa inquietante transición desde la oscuridad de los túneles a la luz de la parada Universidad. Entre ellos miles están a punto de graduarse y pronto expondrán sus trabajos de fin de carrera. En breve Macarena expondrá como se formaron los bosques de la provincia, Natalia defenderá cuales son las aportaciones de una reserva ecológica, Alejandro ha encontrado la forma de medir el confort en los medios de transporte público, Andrés ha comprobado que el crecimiento de las ciudades obedece a una dimensión fractal, Yaiza ha observado como las especies invasoras colonizan nuestro litoral y Samuel ha desarrollado un plan forestal para alcanzar la sostenibilidad económica y ambiental. Son ejemplos de haber logrado habilidades y capacidades que deben posibilitarles un fácil acceso al mercado de trabajo. Pero a diferencia del económico este no posee un suelo de parqué, es como un zoco de estrechas puertas, suelos resbaladizos  y poca luz.
En los discursos de hoy se volverá a repetir que la Universidad no enseña para el empleo, sino para el conocimiento. Y esto lo oirán y serenará a los políticos y empresarios que prestos acuden al acto de tan rancio abolengo, y que aplaudirán los togados miembros de la comunidad universitaria allí presentes.
Mientras tanto los graduados seguirán entregando currículos, que en muchos de los casos serán rechazados por tener un perfil superior al del puesto solicitado. Pero en verdad resulta tan fácil olvidarse de ellos,  puede ser tan fácil despojarse de la toga de la responsabilidad sobre el futuro de esta generación.