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Rebelión en el jardín

Dentro de unas décadas cuando cmunicarse con las plantas sea una realidad se imaginan las sorpresas que se llevarán las pobres

Microsoft ha impulsado un proyecto dedicado a habilitar la comunicación entre los humanos y las plantas. Así, como lo oyen, Florence pretende mediante un interfaz traducir las señales electroquímicas de las plantas a lenguaje humano y en orden inverso enviar mensajes humanos a las plantas mediante aromas y señales luminosas. Aún deberá pasar algún tiempo para que podamos disfrutar de una amigable charla con las plantas de nuestra casa, pero lo que está claro es que no es ciencia ficción. Desde hace unos pocos años han aparecido varios centros de investigación dedicados al estudio de la comunicación entre las plantas. Son muchos los descubrimientos que desde entonces se han dado a conocer, desde la utilización de los micelios de los hongos como fibra óptica para intercambiar información entre ellas hasta la emisión de microsonidos o aromas como señales para evidenciar su estado o una alerta. Cuando se lo conté a Tremisme respondió que su abuelo ya lo sabía, que el pimiento chile llamaba a la albahaca para que lo cuidara durante su crecimiento a la vez que le rogaba al hinojo que lo dejase en paz porque su olor le aturdía. Qué el ajo y la judía nunca se llevaron nada bien, y que al eneldo siempre le daba por fastidiar a las zanahorias y a los apios. Los pepinos y los tomates no solo se llevan bien en el gazpacho, sino que crecen mejor si están muy juntitos, decía el viejo lobo del campo. Y es que nuestros agricultores siempre han sido a su manera grandes científicos.

Dentro de unas décadas cuando cmunicarse con las plantas sea una realidad se imaginan las sorpresas que se llevarán las pobres. Al principio todo serán palabras de cariño y ternura, pero después empezarán los cuchicheos. Que aquel cactus se entiende con la orquídea o que el helecho ha fundado un nuevo partido serán motivos de sobra para que tertulianos indómitos tengan días enteros de reflexiones agudas. Como en la orwelliana Rebelión en la granja, seguro que tras el contacto con los humanos en el jardín habrá una revolución en la que el primer mandamiento de la conjura vegetal también será que todo lo que camina sobre dos pies es un enemigo.

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