Las protestas de hoy y mañana en Italia, que se prevé que tengan también seguimiento en el extranjero, surgen como iniciativas populares que pretenden desvincularse de cualquier tipo de idea política, pero que, aun sí, contarán con la presencia de algunos destacados miembros de la oposición.
El sábado, el Pueblo Violeta (Popolo Viola, en italiano), el movimiento social más crítico con el mandatario, ha convocado manifestaciones en 30 ciudades italianas, entre ellas en Milán, ante el Palacio de Justicia en el que Berlusconi tiene pendientes dos juicios y una audiencia preliminar, además del caso Ruby, en el que se le acusa de concusión e incitación a la prostitución de menores.
“Estaremos ante las delegaciones del Gobierno y en muchos lugares simbólicos para afirmar nuestra oposición al presidente del Gobierno, a su manifiesta voluntad de no dejarse procesar”, afirma el portavoz del Pueblo Violeta, Gianfranco Mascia, en un comunicado divulgado ayer.
“Salimos a la calle para defender nuestra amada Constitución, que nos protege de los abusos, haciéndonos iguales ante la ley. Salimos a la calle porque no compartimos las políticas de la mayoría gubernamental, los cambios de chaqueta (de algunos políticos) y la compraventa de votos”, que se han atribuido a Berlusconi, añade.