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España

Solidaridad con Javier Marías

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Todos los domingos de nueve a once de la mañana suelo hacer lo mismo: me compro el periódico, me voy a una cafetería para leer y ver el mar a través de los ventanales, me tomo un café y enciendo un cigarrillo y abro el suplemento por la última página, para leer el artículo semanal de Javier Marías. Este hombre es uno de los columnistas españoles excepcionales que tenemos hoy en día. Me hace reflexionar, pero también me hace reír por sus atinados comentarios. Y, hace dos semanas, leí su artículo entre risotadas veladas, tampoco era plan que los parroquianos que había en el bar se pensaran que me había vuelto loco. Como también leo las cartas de los lectores en el suplemento, sé que don Javier es uno de los más criticados, crea polémica con sus opiniones. E intuyo que cuando escribió el artículo que yo leí esa mañana, estaba bien harto de que los lectores no entendieran nada.

El otro día me acordé de él. Resulta que yo también escribo. Me publicaron un artículo en una edición digital de un periódico de tirada nacional, en el que los lectores pueden hacer comentarios a lo que leen. Estaba clarísimo que mi artículo llevaba una carga de ironía de aúpa, era obvio. Pues qué sorpresa me llevé al leer los comentarios de los lectores. No habían entendido nada. Menos mal que cuando volví a abrir la página web al día siguiente un lector había hecho un comentario en el sentido de llamar la atención a los demás por no haber entendido el claro tono irónico de mi artículo. Me dije “vaya, por fin uno entre tantos”.

No se preocupe, señor Marías, creo que la profesión de columnista no se acabará nunca, como usted predecía, porque hasta los que no entienden (me temo que son las generaciones de la Enseñanza Secundaria Obligatoria) tienen la necesidad de leer, aunque no entiendan nada y sólo sea para protestar por lo que han leído y no han entendido.
Suscribo todo lo que usted decía. Reciba mi solidaridad, mi admiración y mi apoyo. Y no deje de escribir nunca, ya sea en el periódico o en un blog, como hacemos los demás.

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