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España

Las FARC anuncian la liberación de tres policías secuestrados desde 1999

La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han anunciado la liberación de seis uniformados

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La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han anunciado la liberación de seis uniformados que mantiene en cautiverio desde hace más de una década, pero sólo han revelado el nombre de tres de ellos en un comunicado en el que envían una clara advertencia al Gobierno de Juan Manuel Santos de que no habrá una "rendición incondicional" porque para ellos la única solución al conflicto pasa por una negociación entre las partes.

Colombianos y Colombianas por la Paz (CCP), organización que dirige la exsenadora Piedad Córdoba, había anunciado la semana pasada la liberación de varios de los once uniformados que están en poder de las FARC desde hace más de diez años. Pero no fue sino hasta este martes que los líderes guerrilleros confirmaron la identidad de tres, dejando pendiente los nombres de la mitad restante, los cuales anunciarán "en breve".

Los rehenes que se dispone a liberar la guerrilla son los subintendentes de la Policía Jorge Trujillo Solarte y Jorge Humberto Romero, secuestrados el 1 de noviembre de 1998 durante la llamada toma de Mitú, en el departamento de Vaupés (sureste), en la que murieron 16 policías y militares, y otros 61 fueron privados de su libertad.

Las FARC también pondrán fin al cautiverio del cabo primero José Libardo Forero, secuestrado el 10 de julio de 1999 junto a otros policías en una ofensiva guerrillera ocurrida en el municipio de Puerto Rico, en el departamento de Meta (centro).

En el comunicado, los líderes subversivos no han revelado cuándo entregarán a los secuestrados ni el procedimiento que se seguirá en esta ocasión. Los últimos operativos humanitarios han sido coordinados por Córdoba, quien desde 2008 ha servido de mediadora en la liberación de 14 rehenes.

El anuncio se produce un mes después de que fuesen ejecutados por las FARC el cabo Libio Martínez, el teniente Elkin Hernández Rivas, el coronel Édgar Yesid Duarte Valero y el intendente Álvaro Moreno --todos ellos cautivos desde hace más de una década-- durante un supuesto ataque militar a un campamento guerrillero en el departamento de Caquetá (sur). Sólo uno de los secuestrados que estaba en ese momento en el lugar logró sobrevivir al enfrentamiento tras evadir a sus captores.

El Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC responsabiliza a Santos y a la cúpula militar de la muerte de esos uniformados, pues aseguran que los cinco rehenes estaban en la zona para ser liberados muy pronto. La guerrilla espera ahora que ni el Ejército ni el Gobierno "vayan a repetir lo ocurrido el pasado 26 de noviembre".

Las FARC mantienen en su poder a once policías y militares que pretenden intercambiar por rebeldes presos en las cárceles de Colombia en un eventual canje humanitario, propuesta que ha sido rechazada tanto por Santos como por su antecesor, el expresidente Álvaro Uribe (2002-2010).

SALIDA NEGOCIADA

En el comunicado, los líderes rebeldes vuelven a abogar por una salida negociada a la "guerra" que vive Colombia "producto de la decisión oficial de dar solución violenta, a sangre y fuego, a los graves problemas sociales y políticos que aquejan la vida nacional".

"La resistencia popular y la heroica lucha armada guerrillera son las más dignas y altas expresiones de la rebeldía y la dignidad de un pueblo que se ha negado a aceptar dócilmente el destino impuesto por los poderes dominantes", enfatiza el grupo armado, al repudiar las "gigantescas arremetidas militares" de las que han sido blanco en las últimas cinco décadas.

De esta manera, achacan a los presidentes que han gobernado en las últimas décadas los "miles y miles de colombianos desaparecidos, torturados, encarcelados o desterrados por obra de la intolerancia demencial que echó raíces" en esa nación sudamericana "en beneficio de un reducido grupo de terratenientes, capitalistas, mafiosos y empresarios extranjeros".

Las FARC consideran que son precisamente estos intereses los que empujan al Gobierno a cerrar la puerta a la "posibilidad de un diálogo sincero de paz". "Saben que aquí no van a encontrar traidores dispuestos a venderse, por eso insisten en sus amenazas de exterminio", afirman.

"En una eventual mesa de conversaciones, con un gobierno que verdaderamente aspire a la paz y no a una rendición incondicional, interpondremos siempre las reclamaciones de justicia, de soberanía popular, de independencia, de adopción de una doctrina militar", así como de "una nueva política económica" alejada de las propuestas "neoliberales", destacan los líderes guerrilleros.

"Nuestro pueblo anhela la paz; la insurgencia siempre ha reclamado la solución política del conflicto (...) La marcha que requiere la patria es la gran marcha por la paz y la justicia social", insiste el grupo armado.

En este contexto, la guerrilla rindió tributo a los "caídos en combate" durante 2011, especialmente a Guillermo León Sáenz Vargas, alias 'Alfonso Cano', principal jefe de las FARC que murió abatido por el Ejército colombiano el pasado 4 de noviembre. Así, advierten de que continuarán la lucha y aseguran "el pueblo unido, insurreccionado resueltamente contra el sistema que lo oprime, triunfará".

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