La presidenta regional, Esperanza Aguirre, ha anunciado hoy en rueda de prensa que dimite de su cargo de jefa del Gobierno madrileño y como diputada en la Asamblea de Madrid y ha afirmado que será sustituida al frente del Ejecutivo por su actual vicepresidente, Ignacio González.
Con la voz emocionada y entrecortada por momentos, ha recordado que lleva 29 años y medio dedicada a la política de manera profesional con la idea de que esta carrera debía ser algo temporal, y de que para un político "es absolutamente esencial elegir el momento de su retirada y la forma de ésta".
"He llegado a la conclusión de que éste es el momento adecuado para dejarlo", ha afirmado.
Preguntada sobre si su cáncer de mama se encuentra entre los motivos para dimitir, Aguirre ha señalado que aunque "presuntamente" está curada, algo ha influido -igual que otros acontecimientos personales vividos recientemente-, pero también el hecho de querer estar más cerca de los suyos y, sobre todo, su convencimiento de que la política era una etapa temporal para ella.
Y ha rechazado rotundamente, por otra parte, que las discrepancias con el Gobierno de la nación por conceder la libertad condicional al etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga hayan tenido que ver o adelantado su decisión. "En absoluto", ha dicho.
Tras insistir en que es una retirada "de la primera fila de la política" para "dar paso a gente más joven", ha dicho que seguirá apoyando al PP "en todo lo que piensen que pueda ser útil", ya que probablemente su experiencia se podrá considerar "útil en algunas ocasiones", ha añadido con una sonrisa.
Aguirre -que ha comunicado su decisión al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, esta misma mañana-, ha citado como una de las razones para dejar ahora la Presidencia el hecho de que el proyecto del PP en la Comunidad se ha consolidado en sucesivas elecciones, y hoy sigue siendo el partido que mayoritariamente respaldan los madrileños.
"Creo que el programa con el que nos presentamos en 2011 se ha cumplido en un tercio y tiene todos proyectos encauzados", ha agregado.
"Hace casi 30 años que los madrileños, con sus votos, me encomendaron mi primera responsabilidad política como concejal del Ayuntamiento de Madrid", ha recordado, y ha añadido que desde entonces "de manera ininterrumpida" ha intentado "servir a los ciudadanos de Madrid en las responsabilidades" que le han ido encomendando.
Ha insistido en que "desde bastante joven" dejó su puesto de funcionaria "ganado por oposición", y ya entonces tuvo claro que la política debía ser una actividad temporal.
En este sentido, ha reiterado que "nunca" ha querido ser una "profesional de la política" sino "una persona que en un momento determinado creyó que podía ofrecer a sus conciudadanos una visión y unas formas liberales de la política".
"Y lo que en un principio creí que iba a ser un corto paréntesis en mi vida de funcionaria se ha convertido en casi una vida dedicada a la política", ha agregado.
La presidenta ha admitido que muchas veces a lo largo de su carrera se ha planteado dar este paso -que "no tiene vuelta atrás, es como cruzar el Rubicón-", y ha señalado que también dejará la Presidencia del PP de Madrid porque no le gustan las bicefalias. "Eso, al PNV", ha bromeado.
Sobre Ignacio González, ha asegurado que es "enormemente trabajador e inteligente", y "la persona con más experiencia y mejor dotada para el cargo de presidente", ya que conoce perfectamente la administración del Estado, la autonómica y local.
"Creo que los madrileños no van a notar ninguna diferencia. Al revés, probablemente lo mejore", ha afirmado.
Ha dicho que González asumirá la presidencia en funciones hasta que ella envíe una carta de renuncia de su escaño al presidente de la Asamblea, José Ignacio Echeverría, y se produzca el debate de investidura en la Cámara regional, momento en el que se convertirá oficialmente en presidente.
Aguirre ha aprovechado su comparecencia para dar las gracias a todos los ciudadanos, ya que las palabras de ánimo de quienes la han votado la han "ayudado siempre a superar momentos difíciles", y las críticas de los otros le han servido para "tener los pies en la tierra y comprender que en política no se puede agradar a todo el mundo".
Preguntada sobre su futuro, ha admitido no saber "muy bien" a qué dedicarse, aunque se reincorporará a su puesto como funcionaria del Estado.