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España

Felipe González advierte de que "la legitimidad del voto" no puede ser "por encima de la Ley"

Dice que España tiene "un problema de proyecto" y que se puede "salir de la trampa del inmovilismo y el liquidacionismo enfrentados"

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El expresidente del Gobierno Felipe González ha advertido que "la legitimidad del voto" no puede ser "por encima de la Ley", a lo que ha añadido que la legislación "define un marco de convivencia para un momento dado, y si ese momento exige que se cambie hay que cambiarla", pero "respetando" su "espíritu".

   En su intervención en el Kursaal de San Sebastián en el homenaje al histórico dirigentes socialista José María "Txiki" Benegas fallecido el pasado 1 de septiembre, González ha defendido el "concepto de ciudadanía", sobre el que, a su juicio, se asienta la "convivencia democrática", y ha lamentado que, "con frecuencia", se intenta "interponer" al mismo "el sentimiento de pertenencia".

   Para el expresidente del Gobierno central, España "tiene tendencia a perder el rumbo, a no saber para dónde va". "Se nos dice ahora que tenemos un problema catalán, pero tenemos un problema español yo creo y Cataluña tiene un problema catalán", ha afirmado, para añadir que "parece que perdemos la perspectiva".

   Para González en España se da "un problema de proyecto", con "tensión entre el inmovilismo y el liquidacionismo", pero "no nos podemos quedar parados". Tras señalar que la Constitución de 1978 "nos ha permitido convivir" e "incluso ha llegado un momento en que todos nos hemos reconciliado con nuestro pasaporte, de una manera u otra, dentro de la diversidad", ha opinado que ahora "eso empieza a romperse, pero para mejorar la convivencia".

   En este contexto, ha opinado que se puede "salir de la trampa del inmovilismo y el liquidacionismo enfrentados" y ha advertido de que "sólo se construye desde la reforma" y por tanto ha abogado por el cambio "construyendo sobre lo hecho" hasta ahora.

   González, que se ha referido a 'Txiki' como una persona "leal a las ideas y a las personas", pero cuya lealtad "no limitaba su espíritu libre para decir lo que opinaba y pensaba" porque "no le importaba discrepar", ha sostenido que eso supone "una gran riqueza" porque "sólo de un debate libre puede salir un proyecto que importe a todos".

   El socialista también ha aludido al "cambio" acontecido en Euskadi con el fin de la actividad armada de ETA y ha abogado por "aprender a convivir respetando la diversidad, no sólo por tolerancia, sino por comprender al otro y por compartir la ciudadanía con el otro, sea cual sea su sentimiento de pertenencia".

   A su juicio, "no hay ni una sola sociedad ni en las partes que integran la España diversa, ni en las partes, que no sea plural" y por tanto ha incidido en que "es imposible" construir la convivencia "sin aceptar la diversidad y la pluralidad de la sociedad" y ha advertido de que cuando es así "se tensa la cuerda, haciendo las sociedades no gobernables".

   González ha señalado que hay que "contribuir entre todos a recomponer el proyecto" de país, de manera que, "en el conjunto y en cada territorio" se construya la convivencia "sobre un concepto que es el único que garantiza la democracia, la paz y la convivencia, el de ciudadanía".

   "Nos queda mucho que recomponer con la perspectiva del siglo XXI y un proyecto que definir, tenemos que insertarnos en una nueva realidad y recuperar nuestro lugar en Europa", ha indicado.

EUROPA Y REFUGIADOS

   También ha criticado que, pese a pertenecer a Europa, "muchos" responsables políticos en España hablan de la Unión Europea como algo que "no nos pertenece", como ejemplo, se ha referido al número de refugiados a acoger en España. "Dicen que si nos toca un número de refugiados pues nos tocan, lo aceptamos y ya está", ha señalado.

   Respecto al problema de los refugiados, ha considerado que Europa tiene un problema "estructural" y ha apuntado que los 'Acuerdos de Dublín' únicamente "están previstos, para problemas de refugiados muy limitados y lo que tenemos por delante no es eso", puesto que ya hay "10 o 12 millones de personas en marcha" y "el flujo no ha hecho más que empezar". A su juicio, Europa carece de una política para afrontar esta situación, aunque tampoco la "única responsabilidad" es suya.

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