Como se esperaba, de nuevo se ha reproducido la situación de años anteriores con la llegada diaria desde hace varias fechas de un buen número de inmigrantes que acuden a la ciudad...
Como se esperaba, de nuevo se ha reproducido la situación de años anteriores con la llegada diaria desde hace varias fechas de un buen número de inmigrantes que acuden a la ciudad en busca de un puesto de trabajo y un lugar de acogida. Aunque es el Foro Provincial de Inmigración el que tiene que arbitrar las medidas y coordinarlas para los centros de que se dispone en la provincia, el caso de la capital cada año es singular y requiere de un tratamiento especial y una apertura adelantada sobre lo previsto, pues aunque meses antes de la hora de la verdad se desanima a los inmigrantes para que no se desplacen con la justificación de que no encontrarán trabajo, éstos llegan, fieles a su cita, seguramente porque hallan algo de lo que desesperadamente buscan. Estos últimos días se han vuelto a vivir situaciones dramáticas con inmigrantes durmiendo a la intemperie, situación que no se puede ni se debe permitir. Este polémico asunto era tratado en la madrugada de ayer en el pleno municipal, donde no pasó desapercibida la sensibilidad de los tres grupos políticos para encarar el problema, dar respuesta a los inmigrantes que es lo primero de todo, pero al mismo tiempo tratando de no causar una dificultad mayor como sería abrir el albergue y crear unas expectativas que sobrepasaran el límite de plazas de estas dependencias, que es de 200. Hemos percibido igualmente cómo se cambian los papeles de cuando se es gobierno al momento en que se pasa a oposición y cómo la responsabilidad hace ver las cosas diferentes. El PSOE era quien alentaba hasta hace poco a la apertura del albergue sin más explicaciones y ahora le toca pedir comprensión frente a las similares peticiones que le hace el PP. Con todo la posición de los dos grupos, y de IU, ha sido en todo momento de exquisitez y de atención sobre todo al drama humano. En fin, cuestión difícil la de abrir un albergue para que cumpla su función de la manera más adecuada, al margen de críticas y también de demagogias.
Tal y como están las cosas para los inmigrantes, con el añadido de la crisis, no es cosa menor poder darle cama y comida, porque lo que es trabajo en los tajos de la aceituna sabemos que es más complicado. Hay que dar respuesta a este problema de los inmigrantes, pero hacerlo así y atender humanitariamente necesita una fórmula de funcionamiento para que los excedentes puedan circular por otras poblaciones y seguir atendidos. Nos consta que se ha actuado incluso con emergencia cuando ha sido preciso ante la gravedad y la dureza de un panorama que ha superado las previsiones, y todo se puede justificar menos ver a personas durmiendo en la calle soportando el frío de estas noches jienenses, porque esto es lo más crudo y doloroso que puede sucederle a ellos por sufrirlo y a nosotros como sociedad de Jaén por permitirlo.