El déficit de las administraciones públicas de España se situó el año pasado en el 4,3% del PIB sin tener en cuenta las ayudas a la banca, que no se incluyen en el procedimiento sancionador por déficit excesivo, según los datos publicados por Eurostat, lo que situó el desequilibrio negativo de las cuentas españolas por debajo del límite del -4,6% pactado con Bruselas.
Al incorporar al cálculo del déficit público de España las ayudas a la banca, el saldo presupuestario negativo alcanzó el año pasado el 4,5%, una décima menos del objetivo pactado para 2016 y seis décimas por debajo de la cifra de déficit registrada en 2015.
El objetivo de déficit marcado por Bruselas para España en 2017 se sitúa en el 3,1% del PIB, lo que obliga a un ajuste equivalente a 1,2 puntos porcentuales este año, mientras que para 2018 la meta de déficit acordada es del 2,2%, por debajo ya del procedimiento de déficit excesivo.
A pesar de la mejoría observada, España aparece como el país con mayor déficit de toda la Unión Europea (UE) en 2016, cuando además de España solo Francia (-3,4%), Rumanía y Reino Unido (ambos -3%) registraron déficits iguales o superiores al umbral del 3%.
Por el contrario, Luxemburgo (+1,6%), Malta (+1%), Suecia (+0,9%), Alemania (+0,8%), Grecia (+0,7%), República Checa (+0,6%), Chipre y Países Bajos (ambos +0,4%), Estonia y Lituania (ambos +0,3%) lograron superávits presupuestarios en 2016, mientras Bulgaria y Letonia equilibraron sus cuentas.
En el conjunto de la zona euro, el déficit presupuestario se situó en 2016 en el 1,5% del PIB, frente al 2,1% del año anterior, mientras que entre los Veintiocho este desequilibrio negativo fue del 1,7%, siete décimas menos que un año antes.