UGT ha aprovechado el acto para exigir que todas aquellas personas que continúen en fosas comunes sin identificar, sean entregadas a sus familias
UGT cumple hoy 130 años desde su fundación, una trayectoria que le coloca como el segundo sindicato más longevo de Europa y que su secretario general, Pepe Álvarez, resume en una frase: "Detrás de cada derecho y libertad conquistado desde 1888 en nuestro país siempre ha habido un ugetista".
El aniversario arrancó esta mañana en Barcelona con un acto inaugural en el que participó la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, y la exposición histórica "130 años de luchas y conquistas".
El 12 de agosto de 1888 se fundaba en Barcelona la Unión General de Trabajadores (UGT), el sindicato más antiguo de España, en un congreso fundacional que aprobaría los primeros estatutos y que elegiría como primer presidente a Antonio García Quejido.
UGT nace en un momento de duras condiciones laborales y represión de las organizaciones obreras -hubo 71 paros generales y 92 paros parciales entre 1902 y 1905-, aunque también fueron años de conquistas, como la ley sobre el trabajo de mujeres y niños, la de accidentes de trabajo o la de descanso dominical, así como la primera celebración del Primero de Mayo en 1890.
Su historia está salpicada de hitos, desde la incorporación de la primera mujer al Comité Nacional en 1916 o la huelga del año siguiente, con la que se logró la jornada laboral máxima de ocho horas.
Uno de sus secretarios generales, Francisco Largo Caballero, impulsó durante su etapa como ministro de Trabajo de la II República las leyes del contrato de trabajo, de asociaciones profesionales o de cooperativas, que poco después serían eliminadas e incluso llegó a presidente del Gobierno.
Los "altibajos" condujeron al sindicato desde la organización de la defensa, economía, orden público o abastecimientos del Estado durante la Guerra Civil a la clandestinidad y el exilio una vez finalizada la contienda.
La vuelta de la democracia trajo la libertad sindical y la recuperación de la celebración del Primero de Mayo, así como el Estatuto de los Trabajadores, la jornada de trabajo de 40 horas semanales o las vacaciones de 30 días.
UGT, entonces liderada por Nicolás Redondo, se alió con CCOO para abanderar las protestas durante la reconversión industrial de los años ochenta, una concertación sindical que continuaría con la reforma del PER o la adhesión al Pacto de Toledo.
Las protestas volverían con fuerza, ya bajo el mandato de Cándido Méndez, con la crisis económica y los recortes, con el objetivo de combatir el desempleo, la reducción de salarios de los funcionarios o la congelación de las pensiones.
Ahora, el sindicato abre una nueva etapa de lucha por la recuperación de los derechos laborales perdidos durante la crisis, contra los recortes en las pensiones y, especialmente este año, la igualdad de los derechos de la mujer.