La Audiencia de Granada acogerá el próximo miércoles el juicio contra una mujer con alteraciones psicológicas acusada de intentar llevarse en el verano de 2018 a una niña de cinco años que se encontraba en el paseo marítimo de Castell de Ferro junto a su madre, la cual tuvo que forcejear con ella para evitar que se llevara a su pequeña.
La Fiscalía ha solicitado tres años de internamiento para esta mujer a fin de que reciba tratamiento y otros tres años y 45 días de libertad vigilada con prohibición de comunicarse y aproximarse a la menor y a su madre a menos de 300 metros una vez que esté en la calle, además de la obligación de seguir tratamiento médico externo.
Los hechos se produjeron sobre las 11,00 horas del 31 de julio de 2018, cuando la niña y la madre se encontraban en el paseo marítimo de Castell de Ferro, en el cruce con Rambla Hileros de esta localidad. La acusada, "con el propósito de retener a la menor", se interpuso entre ella y su progenitora cogiéndola por los brazos y llegando a levantarla del suelo. En este momento se inició un forcejeo entre la acusada y la madre en el que cada una tiraba de la pequeña hacía sí, hasta que la acusada se cayó de espaldas y la menor, a su vez, encima de ella, según expone la Fiscalía en su escrito de acusación provisional, al que ha tenido acceso Europa Press.
La madre comenzó a pedir auxilio. En su ayuda acudieron una mujer y un guardia civil vestido de paisano al encontrarse fuera de servicio, y que lograron que la acusada soltase a la menor y retenerla hasta que llegaron las fuerzas del orden.
A consecuencia de lo ocurrido, la niña sufrió erosiones y hematomas leves en los hombros y en los brazos por los que necesitó una primera asistencia médica y que no le han dejado secuelas, por lo que su representante legal no reclama.
La acusada fue ingresada en el área de Salud Mental del Hospital Santa de Motril en calidad de detenida y, una vez dada de alta, fue puesta a disposición judicial el 1 de agosto, tras lo que se acordó su internamiento por trastorno psíquico en la unidad de agudos del Hospital Clínico San Cecilio de Granada.
La mujer recibió el alta el 8 de agosto y, conforme a las conclusiones del informe médico forense, padece un trastorno disociativo con consumo perjudicial de tóxicos y episodios psicóticos.
El día de los hechos presentaba "totalmente alteradas sus facultades cognitivas y volitivas, de modo que no comprendía el alcance de su acción ni estaba en disposición de controlar sus impulsos para impedir su comisión", según relata la Fiscalía, que considera que los hechos son constitutivos de un delito de detención ilegal en grado de tentativa en concurso con otro delito leve de lesiones. El juicio está señalado para el 10 de febrero en la Sección Segunda de la Audiencia de Granada.