El Ayuntamiento de Villarrasa proyecta la instalación de otra planta de tratamiento de residuos en su término municipal. De hecho, ya ha adjudicado a una empresa el arrendamiento del suelo y el proyecto está ahora inmerso en su tramitación ambiental.
Según se detalla en el expediente publicado en la Plataforma de Contratación del Sector Público, hace prácticamente un año, en diciembre de 2021, el Ayuntamiento de Villarrasa publicó el anuncio de licitación de un contrato para el arrendamiento de parte de la finca Catastral Pol. 1 Parcela 2 (Dehesa Boyal) para instalar una planta de tratamiento de biorresiduos no peligrosos.
Ya en mayo de 2022 se formalizó el contrato, adjudicado a la empresa Ambiental y Sostenible SL por un importe de 20.500 euros al año (Sin IVA) y con un periodo de concesión de 20 años.
Se trata del arrendamiento de una extensión superficial de tres hectáreas en suelo no urbanizable de carácter natural o rural, donde se ha proyectado instalar una planta que, tal y como detalla la empresa en su estudio de impacto ambiental, basará su activad en el tratamiento de biorresiduos, biosólidos y sandach (subproductos de origen animal no destinados al consumo humano). Es decir, la planta no tratará solamente biorresiduos, como indica su nombre, pues no se va a limitar a fracción orgánica de residuos municipales y residuos de origen vegetal.
Una vez adjudicado el contrato, la empresa está inmersa ahora en la tramitación ambiental del proyecto, recalcando que “el terreno donde se pretende la implantación es de propiedad municipal, siendo el propio municipio el que propone la implantación de una actividad de planta de tratamiento de biorresiduos, para lo cual se realiza una licitación pública”.
La última palabra la tiene ahora la Junta de Andalucía, dentro del procedimiento de autorización ambiental. En concreto, el proyecto se encuentra sometido a Autorización Ambiental Integrada (AAI). Actualmente está en la fase de información pública y está abierto a alegaciones, aunque el plazo de presentación está a punto de cerrarse, pues finaliza el próximo viernes, 9 de diciembre.
En el estudio de impacto ambiental elaborado por la empresa, se especifica que la actividad que se pretende implantar ocupa una superficie de 30.000 m2 de la parcela matriz y su actividad se centrará en la valorización, o una mezcla de valorización y eliminación de residuos no peligrosos con una previsión de tratar 245.000 toneladas de residuos al año, siendo la capacidad máxima de 365.000 toneladas.
El acceso a las instalaciones objeto se realizará desde el camino de acceso a la planta de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) existente en las proximidades.
Las instalaciones descritas se basan en plataformas hormigonadas e impermeabilizadas solo las correspondientes a tratamiento, con recogida de lixiviados que serán conducidos a una balsa de acumulación de aguas limpias y sucias, para reutilizarlas en el proceso de compostaje de los residuos. La energía eléctrica se obtiene de placas solares y solo para la oficina y vestuario portátil, pues no habrá alumbrado exterior. Las instalaciones, casi en su totalidad son al aire libre, pues solo se habla de una pequeña techumbre para el foso de los biosólidos.
En total, se plantean cincos procesos productivos en la planta: tratamiento de almacenamiento temporal, valorización de residuos tratados por compostaje, producción de tecnosuelos, producción de enmiendas orgánicas y fertilizantes y tratamiento de Sandach.