El Juez Castro ha decidido llamar a declarar como imputada a la Infanta Cristina por el caso Nóos, como lo que debe ser, una ciudadana más
Vaya por delante que imputación no supone culpabilidad, es lo primero que hay que dejar claro, después de que el juez Castro, que instruye la causa Nóos, con Iñaki Urdangarín como uno de los principales implicados, haya llamado a su mujer, la Infanta Cristina, a declarar como imputada. Pero, es preciso también señalar que se trata de una decisión que si ha sorprendido a alguien, ha sido por lo que ha tardado en llegar, puesto que estando ligada a los negocios del exjugador de balonmano, y en el ‘staff’ de la fundación implicada en los posibles casos de corrupción, al menos por complicidad y colaboración necesaria como estima el magistrado, raro era que no acudiera al juzgado. Hay que pensar, que si el juez del caso ha tomado esta decisión de tanto revuelo mediático y social, por afectar a un miembro en ejercicio de la Casa Real Española, debe tener muy claro, de los testimonios deducidos hasta la fecha y de los documentos manejados en la instrucción, que pueda estar implicada y que este punto que debe aclararse, en un sentido u otro. Por eso, también resulta cuanto menos curioso que la Fiscalía Anticorrupción, que debe velar también por el esclarecimiento de los hechos y de quienes los hayan podido cometer, por la búsqueda de la verdad, vaya a recurrir la imputación. La situación vuelve a dar argumentos a cuántos piden más transparencia en estos asuntos, también a la Casa Real.