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Huelva

La Estación Biológica Doñana cumple 50 años con retos como escasez de agua y mantenimiento del nivel de conservación

El director de la Estación Biológica del CSIC dice que en este medio siglo se ha \"creado escuela\" con una ciencia \"adelantada\" y \"reconocida\"

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  • DOÑANA -

La Estación Biológica de Doñana, centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), cumple 50 años de actividad afrontando retos como la escasez de agua, sobre todo las subterráneas, y buscando mantener los sistemas de conservación obtenidos hasta ahora, de los que, según han destacado los responsables de la reserva, están "muy orgullosos".

   El director del Parque Nacional, Juan Pedro Castellanos, ha explicado que en los últimos 50 años "lo que más ha cambiado en Doñana es el entorno", que ha pasado de las 67.000 hectáreas con que se creó a ser "una comarca" de más de 110.000 hectáreas, a las que hay que añadir territorio (hasta las 250.000 hectáreas) si se tiene en cuenta el territorio sobre el que se deriva la actividad socioeconómica del parque.

   En este sentido, Castellanos ha explicado el cambio que la sociedad de los alrededores de Doñana ha sufrido a lo largo de este tiempo. "Antes los negocios tenían en sus paredes fotos de futbolistas, de personajes, de la virgen del Rocío. Ahora hay mucho que tienen fotografías de Doñana", ha explicado.

   Precisamente, uno de los retos que se pone el Parque Nacional para su futuro es "seguir buscando la implicación de la gente de la comarca", que la zona "sea cada vez más querida" y seguir "intentando que los ciudadanos se impliquen en la gestión".

   Pero el principal desafío de Doñana para los próximos 50 años es "trabajar en materia de agua". Los responsables del Parque han explicado que no se trata de las marismas tan características de la zona, que se llenan en invierno y se secan en verano, "porque ese es el proceso natural", sino que "el problema está en las salinas estabilizadas, que son aguas subterráneas que, además de alimentanr las lagunas del interior del parque, se utilizan para la agricultura y para el consumo personal de los habitantes de la comarca".

   Según ha explicado el director de la Estación Biológica del CSIC, Juan José Negro, estos 'depósitos' "no tienen ahora recarga suficiente para los recursos que se le demandan" y, a su juicio, "no se está considerando el agua que entra para determinar cuánto se puede sacar". Así, ha denunciado que "habría que ser más cuidadoso con el consumo y estudiar la proporción de lluvia que cae cada temporada para poder estabilizar la situación".

   Al respecto, Castellanos ha pedido "mayores niveles de coordinación" por parte de las administraciones en materia de agua que, a su juicio, es lo que está retrasando que este tema pueda avanzar". "En el tema del agua no sólo importa lo que pase en la reserva, sino que es importante también lo que ocurre en los alrededores", ha añadido el técnico del CSIC, Fernando Ibáñez.

EL ÚNICO CENTRO 'SEVERO OCHOA' DEDICADO A LA BIODIVERSIDAD

   La Reserva Biológica de Doñana fue creada en 1964 gracias a José Antonio Valverde, biólogo, naturalista y ecólogo, que encabezó varios movimientos para preservar las marismas del Guadalquivir en los años 50. Los esfuerzos de Valverde para preservar Doñana y fundar un instituto de investigación se hicieron realidad en enero de 1965, con la creación de la Estación Biológica de Doñana.

   En un principio, la actividad científica de la Estación Biológica de Doñana se centró en el ámbito de Doñana, pero el campo de actuación se amplió pronto a otros ecosistemas, tanto dentro como fuera de España.  De hecho, las instalaciones de la reserva alberga casi una treintena de edificios, mantiene una infraestructura al servicio de la investigación científica y tiene una sede que se reparte entre un edificio central en la Isla de la Cartuja de Sevilla y dos estaciones de campo: la Instalación Científica y Técnica Singular del Parque de Doñana en Almonte (Huelva) y la Estación de Campo de Roblehondo (Jaen).

   Doñana tiene varias líneas de investigación que giran en torno a la biodiversidad, con proyectos de investigación y un seguimiento a largo plazo de los ecosistemas del parque. Toda la actividad que se lleva a cabo en esta reserva le ha llevado a obtener el distintivo Severo Ochoa que entrega el Ministerio de Economía y por el que se le conceden 4 millones de euros en 4 años.

   Además, Doñana participa en proyectos externos al parque. Así, en sus terrenos se están realizando pruebas para la construcción del tren La Meca-Medina que está construyendo un consorcio de 12 empresas españolas. Las similitudes con el terreno en el que se construirán las vías, ha llevado a los ingenieros a elegir Doñana para comprobar algunos cálculos. El parque también participa en una red mundial que mide los intercambios de CO2.

   "Es una de las joyas españolas y uno de los  centros punteros del CSIC", ha destacado el presidente del organismo público, Emilio Lora-Tamayo, que ha añadido que es "un centro excelente" y que el CSIC se siente "orgulloso" de su trayectoria "ascendente que ha tenido a lo largo de los 50 años" y de la "visibilidad y repercusión internacional", que se demuestra, por ejemplo, en su reconocimiento europeo como Centro Científico  Tecnológico Singular. "Es una marca dentro de la marca del CSIC", ha señalado.

HITOS CIENTÍFICOS EN DOÑANA

   A lo largo de su historia, se han logrado numerosos hitos científicos en Doñana como, por ejemplo, las investigaciones en torno al lince ibérico En la actualidad, el estudio sobre esta especie se centra principalmente en la secuenciación de su genoma. Lo que se busca aportar un recurso para el conocimiento de la especie y su conservación y recopilar información que podría perderse en un futuro próximo si la especie llegara a extinguirse. Además, los investigadores del CSIC están llevando a cabo una evaluación demográfica de estrategias de reintroducción del lince en la Península Ibérica mediante modelos de simulación.

   Otras de las especies más observadas  son las águilas imperial y pescadora. El águila imperial (Aquila adalberti) es, junto con el lince ibérico, una de las especies endémicas más características de la Península Ibérica. Desde 2002 el CSIC ha llevado a cabo un programa de reintroducción en Cádiz, entre cuyos éxitos cabe destacar el nacimiento de polluelos por primera vez en más de 50 años en la zona, que alberga ahora una nueva población autosuficiente. La población mundial de esta especie era de 70 parejas en 1964, mientras que en la actualidad alcanza casi las 500  parejas, todas ellas asentadas en España.

   Por su parte, los esfuerzos de recuperación del águila pescadora (Pandion Haliaetus), especie extinguida en la Península Ibérica durante 70 años, también han dado sus frutos. En 2009 varias de las parejas introducidas en la península se reprodujeron y nacieron varios pollos. Además, la presencia de los individuos introducidos atrajo a nuevas águilas pescadoras procedentes de otros lugares. Las poblaciones reproductoras actuales, en Cádiz y Huelva, son ya autosuficientes.

   En cuanto a la tortuga boba (Caretta caretta) del Mediterráneo son unas de las más amenazadas del mundo de esta especie de tortuga marina en peligro de extinción. Un equipo de investigadores del CSIC en la Estación Biológica de Doñana ha llevado a cabo un programa de reintroducción de esta especie en las costas españolas. También se trabaja con los halcones y murciélagos.

   "En estos 50 años Doñana ha ido creando escuela en España y en Europa. Hacemos una ciencia muy adelantada y reconocida en biodiversidad y hemos ganado en respetabilidad", ha concluido Negro. El director del Parque Nacional, ha añadido al respecto que, el futuro de Doñana, para por mantener "el nivel de trabajo, la actividad humana" y "aprender a coexistir" en la comarca.

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