El tiempo es ese tesoro más valioso. Podemos producir dinero, pero no más tiempo. Cuando se le dedica tiempo a una persona, le estamos entregando una parte de nuestra vida que nunca podremos recuperar. Nuestro tiempo es nuestra vida. Un muy buen regalo a alguien es darle tiempo.
Antonio Martín, portavoz del Recreativo de Huelva, hizo perder el tiempo a los periodistas este pasado miércoles durante 45 minutos. Tostón. Aburrió como una ostra y no soltó ningún un titular ni nada importante para el seguidor recreativista. Uno de los dos representantes del Ayuntamiento de Huelva en el club clamó a la unidad en estas duras fechas para que el club decano siga su camino y no desaparezca. Sin embargo, quizá no se entienda en las altas esferas de la entidad de que piden unión cuando es bastante visible que ya existe entre la afición y los jugadores. A quien se le debe exigir realmente es a la directiva. A esos que no han parado de disparar al vacío en fechas de pago, cumplir con el convenio con Hacienda o en llegar a colocar en subasta por la Seguridad Social la Ciudad Deportiva, único patrimonio del Recreativo.
Este domingo se manifestarán los aficionados del Decano, muy a pesar de los actuales rectores del club onubense, clamando por soluciones de inmediato. Sin excusas. Sin 15 días para arreglarlo todo y ya son casi 15 meses siendo embargado por la Agencia Tributaria. Decisiones, allanar el camino de ‘El Abuelo’, sin demagogias y sin que se siga demorando el tiempo para poner o no dinero. Viva el derecho de manifestación, la libertad de expresión y el amor por los colores albiazules, pero no a aquellos que están llevando al club a la disolución tras un certificado de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y se quedan tan ‘panchos’ diciendo que eso está archivado.
Al Recre se le está apagando la llama. El lunes se celebra una Junta de accionistas a la que Gildoy, máximo accionista, no piensa acudir. El Trust de aficionados irá sin tener intereses de por medio. Irá por corazón y amor a unos colores. Con el fin de aportar. No para perder el tiempo. El tiempo, bendito tesoro.
