El Juzgado de lo Penal número 4 de Jaén ha condenado por un delito de estafa a un año y nueve meses de prisión a J.H.H., una cuidadora que drogó con somníferos al anciano que cuidaba para así podérselo llevar al banco y sacar dinero del que luego se apoderaba.
Según recoge la sentencia a la que accedido Europa Press, la acusada convivía con el anciano al que prestaba labores de asistencia personal y doméstica. "Aprovechándose de tal relación y de la avanzada edad del anciano suministró a éste somníferos".
Así, según recoge el apartado de hechos probados, bajo los efectos de los somníferos consiguió que el anciano le acompañara a una entidad bancaria de Villacarrillo (Jaén) donde J.H.H., "movida por un manifiesto ánimo de obtener un lucro a costa de lo ajeno, consiguió que el anciano reintegrara contra su cuenta 1.000 euros de los que se apoderó".
Tal era el estado del anciano que se encontraba bajo el efecto de las pastillas para dormir que no pudo estampar su firma y que tuvo que limitarse a poner su huella dactilar.
En el juicio, la acusada negó los hechos y sostuvo que solo acompañó al anciano al banco en una única ocasión y que fue en Santo Tomé (Jaén) y no en Villacarrillo. Añadió que él siempre firmaba con el dedo y que tomaba medicamentos para el sueño.
Sin embargo, una de las trabajadores de la entidad bancaria de Villacarrilló declaró en el juicio que vio al anciano "muy mal, como mareado". Que sus compañeros de trabajo de la entidad bancaria de Santo Tomé donde residía la víctima le dijeron que "la señora adormilaba al anciano y sacaba su dinero del banco y se lo quedaba y que estaba haciendo eso en toda la comarca".
El magistrado en la sentencia concede "plena veracidad y credibilidad" al testimonio de esta testigo que evidencia que la acusada, "con el propósito de lucrarse a costa de lo ajeno, suministraba somníferos al anciano a quien cuidaba y asistía en labores domésticas con el fin de anular sus facultades" y poder quedarse con su dinero.
De hecho, la sentencia recoge que el anciano cuando no se encontraba bajo los efectos de las pastillas acudía por su cuento al banco a pedir su reintegro sin acordarse de que ya estaba hecho.
La sentencia condena también a J.H.H., en concepto de responsabilidad civil, a indemnizar en 1.000 euros al anciano.