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“Soy un pintor con una cámara fotográfica al que le gusta investigar”

En Cultura VIVA, el pintor y fotógrafo Ramón Guirado de la Torre (Circo Chatarrero)

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  • Ramón Guirado del 'Circo Chatarrero'. -

Cómic, ilustración, pintura, música y fotografía; adolescencia, juventud y madurez. Son las disciplinas artísticas y las etapas de la vida que definen a Ramón Guirado de la Torre, también conocido en el gremio como Chatarrero, por su firma, Circo Chatarrero, una marca que lo ha posicionado como un pintor que trabaja con una cámara fotográfica.

Natural de Jaén (1973), fue su gusto por el cómic y la ilustración el que despertó su vocación artística. Quiso aprender a dibujar mejor y decidió iniciarse en la pintura. Sus maestros, dos grandes, los reconocidos Francisco Carrillo y Manuel Kayser, a través de talleres de la Escuela de Arte José Nogué. “Descubrí mi vocación por la pintura a los 17 años. He sido pintor durante más de quince años, pero al encontrar en la fotografía la base de mi pintura, en 2005 la fotografía llegó a mi vida para siempre”, reconoce.

Tras años plasmando su arte en una pintura figurativa y realista, ahora su fotografía es pictórica. “Ambas disciplinas están contaminadas la una por la otra”, valora.

En VIVA ha fotografiado a profesionales de la cultura en la misma sección en la que hoy él es el protagonista y ha cubierto la vida social de la capital. “La prensa escrita me permitió ser testigo en primera fila de los acontecimientos más importantes de la ciudad. De una forma fría, disfruté de la parte humana, de la emoción colectiva en momentos como la Semana Santa o la Feria de San Lucas”, recuerda.

La música es una pasión, la que también ‘contamina’ su trabajo profesional. “Siempre me he movido en un entorno musical”, dice un fotógrafo que ha trabajado con prácticamente todos los grupos de música de la ciudad, especialmente los de rock, pero también con bandas italianas y catalanas. Primero lo hizo con ‘Circo de los Hermanos Calamidad’ (diseño gráfico, videoclip y fotografía), una iniciativa empresarial que no prosperó, pero tras la que nació ‘Circo Chatarrero’, comenzando su camino en solitario.

Profesional versátil, asegura que nada es comparable con fotografiar el directo de un concierto. “Encuentras una luz que no existe en ningún otro lugar. Me gusta la actitud de los músicos. Son seres de otro planeta. Me encanta la música. Siempre quise ser una estrella del rock y como no ha podido ser, participo de ese mundo con la fotografía”, dice entre risas. Su afán es captar la actitud y el carisma del músico, su relación con la música y la iluminación. “Si en mi fotografía no se ve el rostro me da igual, porque quiero la relación entre la luz y el músico”, dice quien capta como nadie el ‘humo’ del concierto.

De la mano de la Plataforma Baraka Project, se ha adentrado en los entresijos del teatro. “Trabajo la relación entre el actor y los focos de luz para destacar la expresión”, dice.

En la actualidad, nuevamente se ha reinventado, con la fotografía de producto. Está trabajando para cooperativas provinciales y empresas de catering, alimentación y mobiliario. “Es un mundo que he descubierto ahora. El comercio online está en alza y demandan imágenes de productos para las páginas web. Es muy diferente a lo que he hecho hasta ahora”, reconoce. También realiza fotografía social, ofreciendo instantáneas de celebraciones como las comuniones que recuerdan a las imágenes de los pintores ingleses del siglo XIX y los paisajistas holandeses. “Jaén, al estar rodeada de naturaleza, me da muchas oportunidades y facilidades como fotógrafo y pintor de paisaje”, dice un experto en captar la ‘toscana’ jiennense.

Como fotógrafo, le hubiera gustado vivir la época de los años 50, 60 y 70, “sin duda”. Consumidor de fotografía de aquellos “maravillosos” años, se presenta como un enamorado de la fotografía analógica. “Muchas veces el espectador sólo quiero ver, por eso no me gusta la fotografía digital. No miro por un objetivo y aprieto un botón. En mi fotografía hay reflexión, investigación y estudio”, aclara.

En su imagen, nada es casual. Su fotografía no muestra sólo lo que ve su objetivo. Va más allá de una réplica bidimensional de la realidad.

Incansable en su formación, investiga para descubrir. Sus líneas de trabajo son “diferentes y paralelas”. Trabaja una línea profesional y otra tan íntima que rara vez muestra. “La fotografía que menos enseño es la de mi experimentación personal.  Es algo muy íntimo. No sé si llegaré algún día a exponerlo. A veces, la parte de búsqueda contamina la otra línea de trabajo”, explica.

Ese otro universo fotográfico que trabaja es insinuante, provocador, incluso llega a rozar la abstracción, con la luz y la composición como ‘compañeras’ de camino.

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