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El sector de la vid no quiere quedarse al margen del auge de los vinos del Marco

Los sindicatos ya han pedido a la patronal el inicio de las negociación del convenio, pero mejorando las condiciones que defendieron en enero

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  • Una imagen de la huelga de la última huelga del sector de la vid. -

El sector de la vid ha instado a la patronal Fedejerez a retomar la negociación del convenio -que quedó en suspenso en el primer tramo del ejercicio- pero teniendo en cuenta un contexto marcado por la inflación, el incremento de la producción y la recuperación de las ventas.

En enero, los sindicatos trasladaron a la patronal una propuesta “a la baja” y “de transición” que Fedejerez no aceptó. Ahora las pretensiones son mayores, de ahí que Manuel Romero, secretario provincial de Acción Social de Industria de CCOO, reconozca la enorme brecha que existe entre las partes a la hora de afrontar esta nueva negociación.

En 2016, el tira y afloja derivó en una huelga que se prolongó por espacio de un par de semanas y que paralizó la producción de las bodegas cuando preparaban ya la campaña de Navidad. El escenario actual no parece mucho más favorable.    

“En enero se hizo una propuesta a la baja que consistía en dejar el convenio tal y como estaba por un periodo de transición de dos años incorporando un incremento salarial. La patronal quiso sacar tajada de la crisis sanitaria en la que nos encontrábamos, de modo que si queríamos una subida del 0,25 y del 0,50 por ciento para los dos años debíamos tener flexibilidad horaria y otras cuestiones en las que no íbamos a entrar”, explica Manuel Romero.  

Tras el periodo de vacaciones los sindicatos elaboraron una propuesta de convenio más ambiciosa porque “las condiciones ya no eran las mismas”.

“El IPC ya había subido por encima de las previsiones de principios de año, todas las empresas estaban fuera del ERTE y las condiciones eran mejores”, justifica.

Los representantes de los trabajadores esperan ahora a que la patronal fije fecha para el inicio formal del proceso de negociación. No quieren quedarse al margen del dinamismo que parece haber adquirido el sector bodeguero.  

No en vano, en un escenario “tan duro” como el de 2020, las principales firmas del sector terminaron “repartiendo beneficios”.

“Ellos dicen que cerraron con un 30 por ciento de pérdidas, pero en realidad lo que ocurre es que el beneficio fue un 30 por ciento inferior a lo previsto, que no es lo mismo”, subraya Romero.

Además, “aprovechando” el contexto de crisis sanitaria “se acogieron a ERTE, dejaron de pagar seguros sociales y recibieron subvenciones”.  

La recuperación del sector ha llegado antes de lo previsto, como demuestra el hecho de que “ya se está produciendo más que en 2019”.

Por tanto, la situación de las empresas “es muy buena” a juicio de los representantes de los trabajadores, que entienden que se han recuperado los niveles de producción y ventas precios a la pandemia en menos tiempo del previsto.  

“Las perspectivas de la economía son favorables para el sector y debemos garantizar que lo sean también para los trabajadores”, subrayan en una nota informativa los sindicatos CCOO y UGT.

Por este motivo, “no se puede dar por bueno que un incremento del salario esté condicionado” a la cesión en materias como la flexibilización de la jornada laboral, los horarios o los turnos de trabajo “en detrimento de la conciliación familiar y personal, de los complementos salariales o de la estabilidad del empleo”.  

En esta nueva propuesta de acuerdo se reivindica la inclusión del envinado de botas como actividad propia del sector, los ascensos del nivel A al B a los seis meses de acumulación de trabajo y para el resto de niveles hasta el D, con igualdad de oportunidades y exámenes ante tribunales.

También se reivindica la generalización de los contratos indefinidos, alcanzándose el 90 por ciento en cada una de las áreas funcionales.

Se demanda igualmente un plus de estacionalidad laboral del 20 por ciento del salario mensual para aquellas personas contratadas temporalmente y la eliminación del contrato de obra y servicio.  

En materia salarial, se pide un incremento por encima del IPC previsto, sin que inicialmente se determine esa cuantía.

La propuesta también incluye pluses de 5 euros diarios por asistencia, fija una jornada laboral de 1.694 horas y demanda una nueva definición de los turnos de trabajo, garantizando la ausencia de discriminación y el nivel de protección de la seguridad y la salud laboral, entre otras muchas cuestiones.

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