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Jerez

Las mujeres y el levante toman las riendas de la Feria del Caballo

El miércoles llena las casetas y terrazas a pesar del viento, que en ocasiones resultó algo molesto

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La alcaldesa, en su encuentro anual con grupos de mujeres.

Flamenco de Jerez en la Peña Buena Gente

El miércoles de feria, Día de la Mujer

El brindis de la Asociación de la Prensa de Jerez

"Cuando sube el levante de la Bahía, el mar se vuelve loco por alegrías. Las gaditanas, locas por los balcones y las ventanas. ¡Viva mi amante, porque se ha vuelto loca por el levante!” (Rafael Alberti).

En la segunda mitad de los años ochenta, la extinta Caja de Ahorros de Jerez quiso sumarse a la fiebre de las sevillanas con un par de vinilos que contaron con la dirección musical de Parrilla, las voces de La Macanita, Mercedes Fernández, Ángel Vargas o Fernando Torre, y la guitarra de Moraíto.

A la estela de la serie 'Así canta nuestra tierra en Navidad' llegó el 'así canta' por sevillanas. Huelga decir que la iniciativa no tuvo el mismo éxito, pero dejó letras inéditas de los grandes poetas de la provincia, como esta que Rafael Alberti dedicó al levante.

Ángel García López, Antonio y Carlos Murciano, Antonio Hernández, Antonio Gallardo, Fernando Quiñones, Montero Galvache, Pilar Paz Pasamar, Manuel Ríos Ruiz, Joaquín Márquez y José Luis Tejada firmaron unas letras que apenas han trascendido más allá de aquellos vinilos.

Las sevillanas del levante de Alberti parecieron escribirse para una jornada como la de este miércoles de feria, de pleno de mujeres en el Real, albero y palmeras al viento y cierta dosis de locura colectiva.

La Feria de Jerez es de tarde, pero el miércoles madruga y despierta poco después del mediodía con un desembarco progresivo de grupos de mujeres procedentes de todos los puntos de la provincia y de mucho más allá. Bastantes autobuses llegan precisamente de la Bahía, esa misma desde la que sube el levante al que cantaba el poeta portuense en la sevillana a la que puso música Manolo Parrilla.

Pero también vienen de más lejos, incluso de Extremadura o los llanos de Castilla. La excursión del miércoles a la Feria de Jerez se ha convertido ya en un clásico de la primavera andaluza.

Por eso el Real madruga y por eso es casi imposible reservar mesa en alguna caseta en las horas punta, que vienen a ser casi todas. No falla. La cocina que no revienta planchas y freidoras el miércoles, ya no lo va a hacer ningún otro día. Incluso se cuelga el cartel de completo en los bares más próximos al parque González Hontoria.

A ese joven Moraíto que en aquellas grabaciones acompañaba a la guitarra a Manolo Parrilla se le dedica la fachada de la caseta de la peña flamenca La Buena Gente, indiscutible e indiscutido primer premio del certamen organizado por el Ayuntamiento de Jerez.

En la Feria hay dos tipos de casetas: las que se montan para ganar dinero –que son mayoría- y aquellas otras que no tienen otro fin que no sea el de contribuir al engrandecimiento de la fiesta.

La de La Buena Gente es una de estas últimas, una rara avis. A la peña que ahora tiene su sede en la plaza Basurto 'le duele' la Feria, y por eso año tras año redobla la apuesta por su caseta.

Para que se note y, por qué no, para mantener también viva la llama de un necesario romanticismo que hace ya tiempo parece tener perdida la batalla frente a las cuentas de resultados.

En un espíritu casi filantrópico, La Buena Gente fue una de las diez casetas del Real donde este miércoles cesó la música por espacio de un par de horas para habilitar espacios sin ruido a aquellas personas que padecen síndrome de espectro autista y asperger.

Aunque parezca mentira, hay gente que necesita silencio para disfrutar de las fiestas. Los expertos en la materia –que también los hay- estiman que el ruido más fuerte jamás escuchado en la Tierra fue probablemente el que produjo la explosión del meteorito Tunguska en Rusia el 30 de junio de 1908. Dicen que se alcanzaron los 300 decibelios.

En la Feria hay veces en que parece que ha caído un 'tunguska' en cada caseta. Por eso cualquier pausa se agradece, ya sea en las casetas o en los cacharritos, que es el lugar al que no tendría valor de arrimarse ningún tunguska.

Romanticismos al margen, tampoco hay que demonizar a quienes montan el chiringuito con el ánimo de ganar dinero, porque al fin y al cabo la Feria no deja de ser una actividad económica de la que dependen muchas familias.

Los hosteleros casi nunca están contentos, pero casi nadie dice que el negocio va mal. De hecho, el ambiente es de general y moderada satisfacción.

Pocos tenían claro hace apenas unas semanas cuál iba a ser el comportamiento de la masa, y la masa está respondiendo quizá mejor de lo esperado.

Otra cosa es que gasten más o menos, pero la gente no se está quedando en casa. El que se está dejando viva la Feria de 2022 es que también escuchó los tres avisos en 2019 sentado en un sofá.

Existe el optimista de nacimiento, pero también el eterno profeta del apocalipsis. Seguro que conoce a gente de las dos raleas.

Los últimos se han multiplicado de un tiempo a esta parte. Para ellos, los telediarios son una sucesión de hermosas historias de sobremesa. Tienen la certeza de que la realidad es más dantesca incluso y tratan de convencerte de ello.

Auguran desventuras una detrás de la otra. Te han dicho que la mitad de las casetas no se iban a montar, que no había caseteros, que no había camareros y que la huelga del transporte iba a dejar al tren de la escoba sin escoba. Es más, que el tren no venía este año en Jerez porque lo había bloqueado un piquete a la altura de Despeñaperros.

Nostradamus fue más listo que esta gente, porque hizo sus predicciones muy a largo plazo y con una ambigüedad sólo comparable a la de los partes meteorológicos.

La marea femenina y plural provocó un auténtico tsunami en el González Hontoria, como cada miércoles de Feria.

Esta vez, además, espoleada por el viento. Lo dejó escrito Rafael Alberti y le puso música la guitarra de Parrilla de Jerez:

“Si ti no muero, niña, sin ti no muero, si no llega el levante cuando yo quiero. Hoy ha llegado, y a los dos el levante nos ha llevado. ¡Viva mi amante, porque se ha vuelto loca por el levante!”.  

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