Los
problemas de impagos denunciados públicamente esta última semana por las trabajadoras de la Fundación Gaditana de Tutela, con sede en la calle Chapinería de Jerez, han puesto en evidencia la
fragilidad de una entidad
de la que dependen 400 usuarios de toda la provincia, y para los que el personal de esta oficina son sus pies y sus manos. Estas circunstancias, sumadas a su vocación y su profesionalidad, son la razón por la que estos dos últimos meses los cinco empleados han tirado de sus propios móviles y de los pocos ahorros que tenían para atenderlos y dar instrucciones a la red de personas que dependen de ellos pese a llevar desde mayo sin cobrar. Esto incluía costearse también la gasolina para ir a las localidades de la sierra o de cualquier punto de la provincia que fuera necesario.
Les mandaron a teletrabajar, porque en la sede les cortaron el teléfono y tampoco había aire acondicionado en su centro de trabajo. No hay que perder de vista que la Fundación Gaditana de la Tutela se encarga de las tutelas, defensas judiciales, curatelas y administración de bienes de personas adultas con discapacidad que están incapacitadas por ley. Una labor social que contrasta
con la deuda de hasta 73.000 euros que había acumulado por los impagos de Diputación y Faisem.
Con cuatro nóminas sin cobrar, esta semana han dicho basta, y estos últimos días también han comprobado que Diputación, uno de los tres patronos de esta fundación, junto con la Junta de Andalucía y Faisem (Fundación Andaluza para la Integración Social del Enfermo Mental) ha abonado su aportación tras trascender la delicada situación de este fundación. Concretamente, l
a Administración provincial realizó el ingreso de los 52.000 euros que tenía pendientes el pasado viernes. El diputado del área de Bienestar Social del ente provincial, David de la Encina, se había comprometido a abonar antes del 15 de agosto el importe en una reunión con una representación de los trabajadores a principios de mes.
De la Encina, en declaraciones a este medio,
reconocía la “profesionalidad” de la plantilla y
se disculpaba por esta demora en los pagos, pero también advertía que las
otras “dos patas” de las que depende la liquidez de la Fundación Gaditana de Tutela, están en la propia Junta, a través de la Consejería de Bienestar Social, que sí está al día de los pagos como ahora Diputación, y Faisem, que indirectamente también depende de la Administración andaluza al ser una fundación pública, y que adeuda el año pasado y lo que va de este 2022.
Al propio diputado, explica a Información, le consta los “esfuerzos” de la gerente de Faisem por pagar, lo cual no significa que tenga capacidad para hacerlo. De hecho, la propia plantilla tiene claro que aunque “se ha producido el milagro”, tras el ingreso de Diputación, aunque ahora se pongan al día, como ha ocurrido tras percibir los salarios pendientes, en septiembre volverán a estar con los mismos problemas. Lo que peor han llevado, reconoce, es
“haber dejado sin atender a un colectivo muy vulnerable. Muchos no se saben defender solos, tienen citas médicas a las que ir, compra de tratamientos, son como hijos que no hemos tenido y que han estado intentando localizarnos”, señala Arancha González, una de las dos técnicos de integración social de la fundación.
De la Encina, por su parte, descarta que los usuarios se hayan “agraviados” por esta situación de impagos.