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Jerez

El precio de la luz sitúa a la hostelería ante una situación “insostenible”

El sector se sumará este martes al paro convocado a nivel nacional con una concentración a las doce en la plaza del Arenal

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  • Los costes de los bares y restaurantes se han triplicado a causa de la subida de la luz -

Este martes, la Asociación de Hosteleros de España ha convocado un paro en protesta por el precio de la electricidad. En el caso de Jerez, este paro será secundado a las 12 del mediodía convocando a los hosteleros a la Plaza del Arenal donde se leerá un manifiesto. La situación dicen que se ha vuelto “insostenible” y ahora lanzan un grito de auxilio a las administraciones pidiendo ayuda porque temen que muchos negocios tengan que cerrar.

Será un paro solo de cinco minutos “porque no podemos permitirnos otra cosa”, como comenta Alfredo Carrasco, presidente de los hosteleros de Jerez. “Recibo llamadas de compañeros continuamente que me dicen que la situación es insostenible. Puedo justificar con facturas de muchos locales cómo ha subido esto de una manera exagerada. Si un local de unos 150 metros puede pagar unos 200 euros de luz, un local de hostelería pagaba alrededor de unos 1.000. Y el que pagaba eso, está recibiendo facturas ahora de 4.000 euros. Se están triplicando y cuadriplicando las facturas de la luz. Y no es algo extraordinario de un mes, es algo que llevamos arrastrando mucho tiempo. En una zapatería, por ejemplo, no se nota tanto, pero un negocio de hostelería funciona 24 horas, ya que las neveras y las cámaras están siempre funcionando esté el local abierto o no”.

A los hosteleros les está costando cubrir los gastos. Por ejemplo, Luis Arriaza, del Tabanco de la plaza Rafael Rivero, cuenta que “se ha multiplicado la factura por tres. Antes podía pagar unos 300 euros al mes de luz y ahora estoy pagando 900”. Otro establecimiento es El Retiro, y Francisco de la Cruz comenta que “pagamos más del doble. Si antes pagábamos entre 1.800 y 2.000 euros, ahora pagamos más de 4.000. En verano entendemos que se pueda notar más por el aire acondicionado y demás, pero este mes que no lo hemos puesto tanto no nos ha bajado casi nada. Es una pasada”.

Y por otro lado, Eliseo Benítez, de La Tasquita de Aladro, cuenta que es “un reventazo. Ha sido una subida de un 100%. El doble e incluso algo más. De pagar 800 u 850 euros hemos pasado en verano a pagar entre 1.700 y 1.500 euros”, aunque lo peor fue “que nos vino todo junto en un mismo mes. En septiembre me han pasado una factura de unos 5.000 euros. Lo hemos pasado muy mal. No se puede tolerar encima que nos metan tres facturas en el mismo mes. A ver cómo afronta una pequeña empresa algo así”.

Lo que temen ahora es cómo va a responder la gente con la entrada de los meses de invierno. Alfredo Carrasco destaca que “cuando llega la primavera y fiestas como la Semana Santa o las motos, la hostelería se anima. Ahora estamos en el proceso contrario. Llega el frío y las tardes se acortan. Algunos fines de semana se salva la cosa un poco, pero un lunes o un martes de diciembre no hay nada”.

Los hosteleros, en general “están apuradísimos porque venimos arrastrando toda la crisis desde la pandemia. La situación de cara al invierno es muy complicada. Vendemos menos, pero la factura sigue siendo la misma”.

Además, no solo han subido la factura, también los precios de los productos. Dice Carrasco que “los huevos están casi al doble. El azúcar ha pasado de costarme 60 céntimos a 1,20. Se ha duplicado. Se está disparando todo”. Luis Arriaza asegura haber experimentado una buena subida también en “las bebidas. Todo en general, pero por ejemplo si antes pagaba 110 por un barril de cerveza ahora pago 140”. Eliseo Benítez también destaca que “ha subido todo, la leche, el aceite o el pan. Todos los productos alimenticios han pegado un subidón”. Y no digamos ya los productos frescos, como comenta Francisco de la Cruz: “el pescado fresco, el choco o la carne. Y ya no es solo la subida, es que hay productos que están faltando”.

Lo que todos coinciden es en que “no podemos subir el precio a lo loco para los clientes”, dice Arriaza. “Esto no es, por ejemplo, el centro de Sevilla que está lleno de turistas y si subes el precio te consumen igualmente”. Benítez piensa igual, “yo el café no lo puedo vender a 1,50 o la cerveza a 2 euros porque no puedo competir. Todo esto nos ha hecho mucho daño y no hemos podido subir los precios para no espantar a la clientela”. En este sentido, De la Cruz dice que “nosotros tenemos una carta amplia de tapas con buena relación calidad-precio y no podemos subir porque entendemos cómo está la situación de la gente. Hay productos que es preferible quitarlos de la carta antes que subir los precios. Mientras esté así la situación quitaremos algunos productos, no queremos subirle el importe a nuestra clientela. Además, tenemos muchas cartas y mucha cartelería, si tenemos que estar continuamente cambiando los precios de las cartas vamos a gastar más en copistería que lo que vamos a ganar con las subidas”.

La mayor preocupación radica en “la incertidumbre” por lo que venga a partir de ahora. “Si las navidades no son buenas habrá gente que tenga que cerrar. Al final estás trabajando para pagar facturas y llega un momento en que te cansas”, asegura Luis Arriaza. En el caso de la Tasquita de Aladro, Eliseo Benítez comenta que “esto casi no deja margen de beneficio. Hemos tenido meses sin beneficios y todo ha sido para pagar la subida de precios. Gracias a Dios hemos podido afrontarlo porque hemos tenido ventas, pero el beneficio ha bajado. Se está llegando a una situación límite y nosotros más o menos nos estamos salvando porque tenemos buena clientela, pero si tuviera menos clientes no sobreviviría, tendría que cerrar o prescindir de algún camarero”. Por ejemplo, en El Retiro “el beneficio se reduce mucho porque no le ganamos en carta. Si antes a un plato le ganabas 7 euros, ahora le ganas 4. Hay meses que estamos para ir pagando y gracias a Dios no falta para los sueldos de las 26 personas que trabajamos aquí. Pesa mucho la responsabilidad porque hay 26 familias que comen del bar. Llegamos justos, pero vamos llegando como podemos”.

El presidente de los hosteleros reclama que “queramos o no, la hostelería en Jerez es una industria, no un sector. Como no vemos chimeneas pensamos que no es industria, pero en Jerez la hostelería es grandísima por los puestos de trabajos directos e indirectos que crea. Si esto no se mantiene de alguna forma lo vamos a pasar todos muy mal”.

Las zambombas pueden ayudar, aunque “ya ayudan en un año normal. El invierno es complicado, por eso estamos intentando llenar de contenidos cada mes. Si viene Halloween, bienvenido sea. Ahora la ruta del vino y luego las zambombas. Nos pueden salvar”.

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