El incremento del tráfico pesado que se ha producido en el entorno de la Cartuja tras la supresión del peaje de la autopista está acelerando el deterioro del monasterio, según un informe técnico encargado por el Obispado de Asidonia-Jerez.
Monseñor Rico Pavés admite que la situación es ya “preocupante” porque los daños se están produciendo ahora
“a un ritmo mucho más acelerado que en siglos” anteriores.
De ahí que el prelado no oculte la
necesidad de “tomar conciencia” y unir fuerzas para “ayudar al sostenimiento de un bien extraordinario” dado que “si entre todos no nos ponemos de acuerdo difícilmente” se va a conseguir ese objetivo.
El obispo recuerda que cuando las hermanas de Belén llegaron al monasterio la Diócesis asumió el compromiso de hacer frente a los gastos de su mantenimiento diario, una tarea a la que ha dedicado alrededor de 1,5 millones de euros.
Con todo, monseñor Rico Pavés hace memoria para subrayar que “cuando estaba bien la Cartuja” era “cuando había cartujos antes de la Desamortización”.
“Los problemas actuales tienen que ver con aquella decisión, en la que además de arrebatar un patrimonio se expulsa a una comunidad, que cuando regresa se encuentra con que el deterioro del monasterio es ya en muchos casos irreparable”.
Régimen de visitas
El obispo
considera por otra parte “razonables” las peticiones formuladas públicamente por quienes demandan una mayor apertura del monasterio a las visitas.
En este sentido, señala que existe una regulación acerca del modo en que se puede acceder “a un edificio que está dedicado fundamentalmente al culto cuando hay una comunidad allí viviendo” y “garantizando” que se mantenga “para el fin para el que fue construido”.
A este respecto, avanza que
se ha alcanzado un acuerdo con el grupo editorial SM “para la preparación de una visita virtual completa a toda la Cartuja”, además de contemplarse una
ampliación de la zona de entrada, que contará “con una pequeña exposición”.
En cualquier caso,
anima a aquellas personas que quieran “conocer de verdad” el monasterio a “solicitar retiro en la hospedería externa”.
Y ya en último extremo,
“si se quiere visitar toda la Cartuja, el camino es hacerse hermana de Belén”, porque “
incluso en los edificios públicos hay zonas que son de acceso privado”.
Por otra parte, el Obispado confía en poder retomar las obras de
rehabilitación de la Casa del Deán, situada bajo la torre de la Catedral, para darle uso cultural.
Todo va a depender de que el proyecto sea subvencionado a través del
Plan Nacional de Catedrales, que gestiona el Ministerio de Cultura.
Esas ayudas cubrirían aproximadamente el 75 por ciento del coste de las actuaciones que están pendientes de ejecutar, debiendo cubrir el resto del presupuesto la propia Diócesis.
Además de recuperar este edificio histórico,
las obras permitirían ampliar el archivo histórico y dotarse de una sala de exposiciones.