Bruno García suele decir que, tan acostumbrado a las derrotas en el PP durante los años que lleva desempeñando cargos públicos y orgánicos, celebra con mesura las victorias. Pero esta mañana, durante el tradicional desayuno navideño organizado por la formación con los medios de comunicación, ha reivindicado un año de éxitos para el partido en la provincia de Cádiz.
En su intervención, el presidente de los populares en la provincia ha recordado que, justo a finales de 2022, se marcó como objetivos para 2023, ante los comicios de mayo pasado, “consolidar los gobiernos locales” con los que contaba, “crecer en el número de alcaldías y alcanzar la Diputación”. “Lo conseguimos”, ha celebrado, aunque, en otro alarde de modestia o tal vez olvido, ni tan siquiera se ha referido a la mayoría absoluta obtenida por su candidatura en la capital.
Con respecto al Gobierno provincial, ha reconocido que el pacto con La Línea 100x100 ha sido clave, pero, sobre todo, el incremento en el número de diputados “gracias al trabajo de los 45 municipios”.
De cara a 2024, ha expresado que la voluntad del PP de Cádiz es “fortalecer el compromiso, la responsabilidad y la cercanía con cada uno de los gaditanos para responder la confianza recibida y ser una herramienta para mejorar la calidad de vida en la provincia”.
Cuestionado sobre qué diferencia a este PP con el que en el mandato 2011-2015 también alcanzó históricas cotas de poder municipal, con Diputación por primera vez en la historia de la mano de José Loaiza, el vicesecretario regional de Coordinación Institucional del PP-A y consejero de la Presidencia, Antonio Sanz, presente en el desayuno, ha indicado que detentar el Gobierno autonómico es fundamental y ha indicado que es la mejor muestra de que la vía de “la moderación y el consenso” sirven para que Andalucía “avance y progrese”.
También ha bromeado admitiendo que Bruno García “es mejor presidente provincial” que el que estaba, él mismo.
