El Gobierno Municipal acaba de cumplir su primer año de mandato, y Pedro Pacheco su primer año en la oposición, durante el que no se ha mantenido al margen y ha procurado siempre mantener la atracción de los focos. No repara en adjetivos para definir y criticar al actual ejecutivo local, al que acusa de mantener en un “sinvivir” a la plantilla, mientras reivindica las propuestas que su grupo ha trasladado al pleno: “Todas han ido a parar a un cajón”, se lamenta.
—Hay personas a las que les escucho con frecuencia la coletilla: “Con lo que era Jerez...”.
—...Y qué lástima cómo está ahora Jerez.
—Porque usted no lo achaca solo a la crisis económica...
—Yo dejé la Alcaldía en 2003 y fíjese el deterioro de la ciudad desde entonces, anterior al estallido de la crisis. La crisis lo ha acelerado más, pero el deterioro empezó cuando acabó un modelo y no se sustituyó por otro. Los gobiernos de Sánchez y Pelayo no han tenido proyecto para la ciudad, por tanto, eran barcos que navegaban sin timón y sin rumbo fijo, al ritmo que marcan los tiempos dominantes. Lo de “con lo que era Jerez” es verdad. Yo cuando voy de casa al Foro y de Foro a casa la pregunta es la que usted me dice. La revista Time acaba de publicar un reportaje que dice que Jerez “es la vanguardia del desastre”, y antaño era una ciudad de calidad excepcional, y eso se ha perdido. También es verdad que todo coincide con la evolución hacia abajo del que ha sido nuestro producto estrella, que es el vino, que es inigualable.
—Transcurrido un año, ¿esperaba algo más de este gobierno?
—Esperaba algo, no más. No hay que olvidar que la derecha se encuentra un triunfo ante el estado de cansancio de la ciudad con el gobierno anterior, y nos anuncia que va a haber un vuelco en la gestión. Pero no hay vuelco, ha enterrado la gestión. No hay proyecto ni liderazgo, hay inapetencia hacia Jerez, no les gusta. Lo poco que hacen lo hacen con desidia, no parece que estén metidos en el rol de querer resolver la situación de la mano de los representantes políticos, sindicales, empresariales, para devolverle a Jerez el marchamo de calidad. Es una lástima.
—¿Usted también cree que se habla más de herencia que de futuro?
—La herencia no se puede utilizar como excusa, eso es de inútil, porque la conocían desde hace cuatro o cinco años desde la oposición; sin olvidar que estaban deseando por presentarse y ganar.
—¿Destacaría al menos algo positivo de la gestión de este año, como la ruptura del convenio con Diputación, que usted mismo reclamó?
—Eso refleja la carencia de un proyecto de ciudad. Nosotros pedimos en pleno que se anulara el convenio, y los demás no estuvieron de acuerdo. Pedimos en Diputación lo mismo porque era dañino para la ciudad, y los demás estuvieron de nuevo en contra. En febrero es el PP el que lleva el mismo asunto al pleno para pedir que no se firme el convenio y convocan un pleno en Diputación con la misma intención. En qué quedamos. Eso demuestra la inapetencia por resolver los problemas y la ausencia de un liderazgo municipal. Jerez antaño tuvo una locomotora y un maquinista, pero ahora no es una locomotora y no hay maquinista. Ha cogido una curva y ha descarrilado.
—El desempleo ha marcado un nuevo techo este año. Usted ha propuesto un Programa Operativo local de Empleo y un Pacto Social por Jerez, pero no parece que haya tenido mucho recorrido ¿por culpa de quién: políticos, empresarios, sindicatos?
—Los han guardado en el cajón. Si la propuesta se aprueba cómo es que está guardada en un cajón. Solo hay obsesión por estar presente en Madrid, parece que Jerez les da coraje, pero en sentido negativo.
—El otro problema que le preocupa es el de la marca de la ciudad. ¿De verdad cree que está tan dañada?
—Está muy mal. Nosotros hemos propuesto un plan de marketing para la ciudad, ver los puntos fuertes y nuestras debilidades, y trabajar esa fortaleza antes de que sea tarde. Fíjese la imagen que se llevan de Jerez quienes nos visitan ahora atraídos por la marca y se encuentran con el estado que presenta la ciudad en estos momentos. Los servicios públicos, el centro histórico “se vende” o en ruinas; la ciudad, además, está un poco alienada, y eso no es bueno para relanzar una marca de calidad. Jerez fue vanguardia en muchas cosas, como la forma de gestionar los servicios públicos, ahora es un desastre.
—Habla de alienación, ¿se refiere directamente a la población?
—El miedo es tal que tiene a la gente inoculada, y si además la política que hemos seguido es la de una democracia representativa en la que los ciudadanos se han limitado a votar cada cuatro años, y no hemos desplegado fuerzas para hacerlos partícipes y ciudadanos activos, ni hemos escuchado a la gente para retomar lo que la gente nos dice, sino que le hemos impuesto nuestro discurso y no les dejamos hablar, pues eso se ha unido ahora con la grave crisis en la que nos encontramos y en cada uno de los hogares, lo que hace que la gente esté atemorizada por el presente y por el futuro tan negro que tiene, en especial los jóvenes.
—¿Se parece toda esta situación al mito de la tormenta perfecta?
—Yo creo que sí. Cuando estudiábamos conceptos de Economía y Ciencias Políticas, nos describían casos como éste por si pudieran ocurrir, y es que está ocurriendo. Encima presumimos de Quijotes y dar lecciones a los demás en Europa, y aquí los únicos que dan lecciones en Europa son el Barça, Nadal, Zara y de vez en cuando algún que otro más. En lo demás no estamos para dar lecciones.
—¿Cómo habría resuelto usted lo de saldar la deuda con los proveedores?
—Primero, sentándome con ellos, haciéndoles propuestas de pago sensatas, atendiendo a la gente, al igual que habría hecho con la plantilla. Si en mayo anuncian un vuelco, que después no es así, pero lo anuncian, y habla con los sindicatos y les propone un plan para incentivar jubilaciones, para reducir la jornada y los salarios, y reorientar el posible exceso de plantilla hacia otras dependencias donde falta personal, no tendríamos ahora este sinvivir que estamos padeciendo, y el que se avecina el 30 de julio, que es cuando se va a ejecutar ese ERE tan dañino. No se puede hacer un convenio con el Colegio de Abogados para atender a posible desahuciados, cuando hay cerca de cien abogados en el Ayuntamiento. Por qué vamos a pagar por un servicio cuando tenemos abogados. Y así se pueden contar muchos casos de incoherencias graves, porque muchos montoncitos hacen un montón, y no se puede contratar a una empresa de notificadores cuando tenemos notificadores propios, y no se puede hacer una reducción lineal de salarios, cuando hay salarios tan grandes. Es un disparate. Se nos anunció un vuelco en la gestión y seguimos expectantes.
—¿Qué otras alternativas hay para el ahorro que no pasen por los despidos municipales?
—Por ejemplo, hay dos millones de metros de suelo industrial y no se ha empezado a vender ni un metro. Estamos en un sistema competitivo en el que ciudades del entorno están haciendo políticas activas, viajando para ofrecer sus suelos, y aquí no se está haciendo nada. En el tema de personal, reduciendo jornada y salario, redistribuyendo mejor al personal y jubilando de una forma consensuada a quien se quiera ir, no hace falta aplicar ningún ERE. Con las comisiones y demás gastos que se llevan los bancos con el ICO, que son casi 120 millones, te ahorras la mitad del ERE. Lo del ICO ha sido convertir una deuda a proveedores en deuda a los bancos en préstamos. La inapetencia es tal que llevamos desde marzo sin delegado de Hacienda y ni se le espera. Pero ocurre porque realmente, si leemos la letra pequeña del contrato con el ICO, quien manda en temas económicos en el Ayuntamiento ya no es el delegado, sino el interventor. En Jerez estamos intervenidos.
—Cuando menos, el Gobierno estaba obligado a tomar medidas urgentes…
—Pero es que no se ha tomado ninguna….
—Las han anunciado y están en ello.
—¿Pero cuándo van a tomarlas?. Usted se cuela en el Ayuntamiento y dice “gestión” y salen despavoridos. La mitad de la plantilla no hace nada. No porque sean vagos e indolentes, que no lo son, es que no reciben instrucciones de nada.
—¿Todo se decidirá antes de las vacaciones?
—El departamento de Personal ya le está trasladando a la gente y a nosotros los políticos que les han comunicado que se preparen porque a partir del 31 se tienen que ir de vacaciones ante las medidas que van a entrar en vigor, para que los represaliados por las medidas tengan agosto y se aburran, para que cuando vuelvan en septiembre no haya problemas.
—Si el secuestro del transporte urbano está dando tan buenos resultados, ¿no sería razonable ir pensando en la gestión directa?
—Recientemente han dicho que están ganando dinero. Pero si es que ya lo dijimos nosotros en 2010. Hay servicios que si lo asumes directamente, no solo te ahorras el beneficio industrial, sino que hasta puedes obtener subvenciones. Si en un mes estamos ganando dinero, entonces cuánto estamos perdiendo. Pero, qué se pretende después del secuestro, ¿devolverle el servicio a la empresa actual, o se va a preparar un nuevo pliego para sacarla a concurso, o el Ayuntamiento se va a quedar con la gestión? A qué están esperando, si es que están hechos los números, y es que te ahorras dinero y prestas mejor servicio.
—¿Usted apostaría por la municipalización de determinados servicios?
—Dijimos Limasa, Teconma, autobuses, los semáforos…, para, de acuerdo con las secciones sindicales y homogeneizando las condiciones laborales, asumir esos servicios y ahorrarnos dinero. El cómputo total es de unos 20 millones de euros de ahorro.
—Por cierto, le critican que ahora pida lo que no llegó a hacer como alcalde...
—Nosotros cuando consumimos 24 años de gobierno culminamos un modelo. Lo que criticamos ahora es que no se haya puesto en marcha un nuevo modelo desde entonces. Nosotros tenemos un plan estratégico con otro proyecto para Jerez para otros 24 años, voy a tener que esperar tres años más, pero lo terminaré poniendo en marcha. Lo que no puede ser es que hayamos presentado un plan operativo local por el empleo, consensuado con sindicatos y empresarios, y permanezca encerrado en un cajón.
—¿Por qué hay que oponerse a las dos opciones que ha planteado hasta ahora el Gobierno sobre Ajemsa?
—Nosotros dijimos al principio que había una propuesta mejor que vender, que era la de la empresa mixta.
—Pero ésa es por la que ha apostado ahora el Gobierno…
—No. No hay ninguna. Ahora mismo no hay ni la una ni la otra. Dijimos que no se desprendieran de una joya como es el agua, aunque el gobierno anterior la haya endeudado hasta niveles increíbles. Hay una solución muy razonable, que es la de compartir acciones con un grupo fuerte privado, porque nos enriquece en otra forma de gestionar y podemos aspirar a una gestión mucho mejor. Pero lo que me llega en estos momentos es que del dicho al hecho va un largo trecho, y de querer venderlo todo, ahora mismo no hay nada. Igual que también se ha parado todo el tema de Onda Jerez. Se ha parado porque preveían ganar en Andalucía y tener Canal Sur a su disposición, pero como el Señor Arenas no ha ganado, ahora necesitan Onda Jerez para vender su gestión. No podemos estar en este estado de incapacidad de gobierno.
—¿Qué opciones aportaría usted para incrementar los ingresos municipales?
—Hay que apurar distintas figuras tributarias que no se han apurado. Hay que relanzar las contribuciones especiales, que permite que colectivos que se benefician de una fórmula particular de una obra, contribuyan. Hay que inspeccionar lo que hacen las concesionarias, porque no cumplen con los pliegos. No veo que los cumplan, ni departamentos que revisen si lo hacen. Es que ni siquiera le han abierto infracciones a la concesionaria de los autobuses, y desde cuándo han estado incumpliendo. Las concesionarias están para que los servicios municipales estén todo el día encima de ellas, porque eso permite ahorrar dinero. Y más ahora que han cobrado. Hay que pensarse bien qué hacer con el servicio de recogida de basura en festivos y domingos, porque eso cuesta un ojo de la cara, y no es efectivo. No se hace nada. Hay que revisar y hacer cumplir esos pliegos. Solo con eso se está ahorrando dinero.
—¿Le parece buena idea al respecto la renegociación con las concesionarias?
—Eso es un brindis al sol. No hace falta renegociar. Hágales cumplir el pliego y ahorro dinero. Si incumplen les quito la concesión. Eso es partir de una debilidad.
—Había quien no le auguraba ni tres meses en la oposición, ¿cómo está siendo la experiencia y con qué ánimo afronta el futuro?
—La gente habla mucho. Aquí me tienen, vivito, coleando, cada vez con más fuerza y como una auténtica alternativa. Ahora qué dicen los que decían eso… ¡Ay!
—¿Cómo está contribuyendo el Foro a mejorar la situación de la ciudad?
—Una alternativa seria, con propuestas, aunque las guarden en el cajón, y liderando la oposición.
—Con más protagonismo incluso que el PSOE…
—El PSOE está viviendo unos momentos duros. Lo que ocurrió hace un año es muy duro. Es un caso atípico, y eso pasa factura. A mí me gustaría que resolvieran de verdad los futuros liderazgos, porque un partido tan importante no puede estar como está en la ciudad. No es bueno para nadie.
—¿Lo de Diputación es una decepción o va más allá?
—No. Estamos haciendo un papel importante, que estos órganos locales intermedios se dediquen a asesorar a los pequeños y medianos municipios. Estamos intentando que se reformen algunos aspectos de su funcionamiento y que verdaderamente sean estructuras periféricas de las autonomías, para evitar duplicidades.
—Podemos terminar con una frase parecida a la del comienzo: “Con lo que era el PA...”
—Yo hace una década que no estoy ahí, y van a peor. Con lo cual, el problema no era yo. Eso está terminado. Hay que pasar página. Quedan chavales con buena voluntad que sobreviven como concejales y alcaldes en algunos pueblos, vale, pero eso no es un partido, son pequeñas partidas de guerrilleros que tienen sus funciones, pero no es partido con ideología, con estructuras, y creo que tendrá que nacer una cosa nueva, pero esas siglas no.