Los ex jugadores Asensi y Migueli reclaman al Algeciras 160.000 euros, cada uno, por los servicios que prestaron al club como directores deportivos durante dos meses a comienzos del año 2006, bajo la directiva de Alberto Tenorio, y en una temporada que acabó, durante el mandato de los tres, con el descenso del primer equipo albirrojo a Tercera división.
Asensi y Migueli, cuya labor en el Algeciras también estuvo respaldada en todos los aspectos por el empresario catalán Carles Rebull, han enviado un escrito a los administradores de la entidad en la que confirman la reclamación, que ahora deberá ser estudiada por los gestores judiciales en el marco del concurso de acreedores al que está acogido el Algeciras.

La reclamación de los dos ex futbolistas ha escandalizado a la junta gestora del Algeciras, que considera el paso dado por Asensi y Migueli como una tomadura de pelo sin precedentes en la historia del club del Nuevo Mirador
Con respecto a este tema, el presidente de la junta gestora del Algeciras Club de Fútbol, Bernardo Martín comentó que “me ha sentado bastante mal porque sólo han estado dos meses trabajando y es imposible que reclamen tanto dinero. Ahora habría que preguntarle a los dirigentes que estaban y cómo se puede hacer las cosas tan mal”.

“Nacho Castro ya se está encargando del tema. Parecía que cuando se les fichó había que hacerles un monumento en la Plaza Alta porque íbamos a estar en Primera División con un trabajo fenomenal y por desgracia estamos en Primera Andaluza y con una deuda real que ni Dios sabe dónde está, aunque dentro de poquito lo sabremos. Estos señores se paseaban por Algeciras con más de 3.000 euros de sueldo y con todos los gastos pagados. Así cualquiera puede estar en Tercera en una entidad modesta como la nuestra. Venían de rositas y como unos fenómenos”, señaló.

El dirigente desveló que “tenían más de 3.000 euros de sueldo al mes y los gastos pagados de avión, hotel, comida(las dietas)... todo muy bonito pero la culpa no es sólo de Migueli y Asensi, sino de los dirigentes que los trajeros y que se pasaeaban por la ciudad como si fuesen los reyes del deporte”.