La bailaora Mercedes Ruiz puso este lunes flamenco en el escenario a la obra de Manolo Sanlúcar 'Tauromagia', uno de los platos fuertes de La Bienal de Sevilla de este año, que fue estrenada oficialmente el pasado 8 de abril en el Teatro de Cusset (Francia).
Mercedes Ruiz ha considerado que se trata del mejor homenaje posible al 30 aniversario de la obra de Sanlúcar, que considera "la gloriosa catedral de la guitarra flamenca", por lo que ha diseñado un espectáculo que propone una indagación en las interrelaciones entre la danza flamenca/española y la tauromaquia.
Lo hace desde el punto de vista más amplio que se pueda tratar en este tema, y no sólo desde la perspectiva artística y estética de ambas creaciones, sino como lenguaje para la expresión de vivencias, emociones y sentimientos, con la enorme responsabilidad de poner baile a la que podría ser la mayor obra flamenca e la historia.
Y es que, la música de Manolo Sanlúcar hace posible eventos como el vivido esta noche, ya que su 'Tauromagia' dista mucho de ser una música meramente descriptiva, y pone en bandeja a los bailaores todas las posibilidades para sacar adelante la obra.
Se trata de un nuevo hito en la carrera de esta bailaora, máxima referencia de su generación en el compromiso por la evolución dentro del clasicismo de la danza flamenca.
Su formación ha sido fundamentalmente autodidacta y ha acudido a los más importantes maestros, sobre todo aprendiendo de ellos en el escenario.
Así, con solo siete años ya trabajó en la Compañía de Manuel Morao y Gitanos de Jerez. Más tarde, y ya como bailaora formada, Mercedes Ruiz entra sucesivamente en la compañías de Antonio El Pipa, Eva Yerbabuena y Adrián Galia, tres artistas diferentes de en los que Mercedes se va mirando para forjar su personalidad, hasta llegar a obras de la importancia de la mostrada esta noche en La Bienal sevillana.
