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El jardín de Bomarzo

Presos sin grilletes

Desde que el mundo es un mundo global y todos nuestros datos circulan por ondas, nubes y demás estados indefinidos, la cuestión de la piel ha perdido peso

Publicado: 04/10/2019 ·
21:08
· Actualizado: 18/10/2019 · 12:38
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Bomarzo

Bomarzo y sus míticos monstruos de la famosa ruta italiana de Viterbo en versión andaluza

El jardín de Bomarzo

Todos están invitados a visitar el jardín de Bomarzo. Ningún lugar mejor para saber lo que se cuece en la política andaluza

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Desde que el mundo es un mundo global y todos nuestros datos andan circulando por ondas, nubes y demás estados indefinidos, la cuestión de la piel ha perdido peso y nos invade una terminología de procedencia inglesa que a uno le deja cara de imbécil. De pronto, si no sabes situar en contexto términos como background o stagflation o coaching o spoiler o tantos otros eres como un orangután comiendo bananas cuando, no hay que olvidarlo, el castellano es una lengua rica, hermosa, natural y nuestra. Pero claro, parece que queda más chulo organizar un coffee break en vez de quedar a tomar un cafelito. Los tiempos cambian e igual que ahora es materialmente impensable ver volverse a alguien para lanzar un piropo bien construido al paso de quien lo merezca por temor a que una urbe de neo-feministas le cuelguen patas abajo, los cacos ya no usan antifaz como en el TBO de chicos y ahora son cibercacos de rango sofisticado que usan nuestros datos, huellas digitales, rostros y demás pistas que alegremente dejamos en las nubes para atracarnos y lo hacen, cuando adquieren cierto nivel, usando palabras técnicas porque hasta para esto de robar hay que ponerle nombre en inglés: rasonmware. Ahí es nada -del inglés, según wiki, ransom, rescate, y ware, acortamiento de sofware-. Se trata de un programa dañino diseñado para secuestrar datos que restringe el archivo del sistema operativo infectado y pide un rescate a cambio en bitcoins; en español, un puñetero chantaje -este verano cayó en Sevilla el mayor ciber-estafador de la historia de España, un joven de 23 años que manejaba ingresos de hasta 300.000 euros al mes en fraudes online-.

Esto es exactamente lo que ha sucedido esta semana en el ayuntamiento de Jerez, que se suma a una larga lista: ayuntamientos en el País Vasco, la hacienda de Navarra, Lérida, Elche, Huelva, Colmenar Viejo y otros, como Florida o Baltimor, que terminaron pagando el rescate. De hecho, hasta EEUU ha llegado a lanzar un ciber-ataque a Irán autorizado por el propio Trump contra el sistema informático militar de ese país y, al mismo tiempo, el ínclito presidente ordenaba abortar un ataque más normalito con misiles -de hecho ya se dice que los soldados del futuro irán en pijama pero con smartphones y tablets-. Es evidente que el petróleo de este siglo son los datos y resulta, por tanto, comprensible que tras ellos se ordene el mal como una rémora lo hace tras un pez mayor y es por esto que terminaremos por valorar a empresas que nos borren por completo del ciberespacio y nos devuelvan a aquel envidiable anonimato absoluto donde uno podía perderse sin que nadie supiera dónde estaba.

Orden orgánico. Atravesado el verano y con este recién llegado otoño grisáceo y con cierto aroma melancólico, arranca de verdad un curso político marcado estos días en los diferentes partidos políticos por sus trifulcas en materia orgánica -la organización interna, que es lo relativo al reparto de poder-. Ya se sabe que lo único más mortífero que un adversario es un compañero.


En el PSOE-A, por ejemplo, hay dos bandos: los que están con Pedro Sánchez y los que están viendo cuándo y cómo se pasan con Pedro Sánchez, elecciones de por medio. Susana Díaz, que lo sabe porque tonta no es, intenta mantener una agenda orgánica apretada mediante la cual todos los meses visita las ocho provincias, pide a los secretarios generales que programen una visita a la fábrica, fundación, taller o lo que esté más a tiro para hacerse la foto pública y, después, cita a los alcaldes que se dejan citar para mantener un encuentro orgánico que ate al personal de cara a ese congreso definitivo que sabe se avecina; en esa misma clave trabajan presidente -tas- de Diputación, entre elegir bando y/o organizar trayectos... En socialismo andaluz anda metido en una especie de trinchera, calmado pero alerta, mordiendo machete a la espera de que empiecen los fuegos, que será una vez aclarado el panorama nacional y cuando Ferraz ilumine a su candidato frente a Díaz. El reciente anuncio del alcalde de Sevilla Juan Espada de no continuar en la alcaldía de la capital le ha situado como claro aspirante al puesto sucesorio porque, además, sería una opción de más consenso que la otra, María Jesús Montero, a la que su experiencia como Ministra en Madrid le está gustando mucho.

En el Partido Popular nacional y autonómico rinde la calma, de hecho la repetición electoral les da aire porque saben que el resultado mejorará su situación a base de Cs y Vox y esta repetición electoral es una oportunidad de volver a tirar los dados al cielo y eso a Casado le viene de cine, al tiempo que consolida la imagen de Moreno Bonilla como referente institucional en la Junta. Otra cosa es Ciudadanos, que se ha quedado en segundo plano, incapaz de cortar su sangría de dimisiones, señalado por su falta de capacidad para acordar con Sánchez y que intenta refugiarse en gobiernos municipales como ha hecho ahora en San Fernando por poca cosa, hizo antes en Sanlúcar -ambos PSOE- por bastante más, o El Puerto, con PP -donde buscan la gobernabilidad de los dos que le faltan para la mayoría plenaria con VOX sin que Cs se espante.

La batalla orgánica, sin duda, donde suena más virulenta es en Unidas P y es que a Iglesias todo se le ha vuelto en contra desde lo del chalé: los detalles definen a las personas siempre y por mucho que mantenga coleta y estilismo de pasarela primark, se recoge a diario en un casoplón a lo revolucionario bananero y eso pasa factura en sus huestes, más de pisito en Vallecas o Vallesequillo. Lo de Errejón retuerce por dentro y su Más País se ha colado con cierta fuerza, aunque a priori no parece más que otro invento de última hora a ver si suena la flauta y obtiene su pedazo de pastel. Andalucía no ha querido alejarse como pretendía inicialmente y Adelante irá con Unidas P, pero el divorcio es absoluto entre Teresa y el acalde de Cádiz con el chalé de Pablo.

Y en medio de todo es ciber-jaleo, los vientos de recesión cada día soplan con más sonoridad y hasta el gobierno de Sánchez no oculta que la cosa tiende a ponerse peor. Los datos están ahí, el desempleo ha aumentado este agosto y septiembre y nos devuelve a 2012 y esto se puede interpretar como previa de lo próximo; mientras, seguimos en esta eterna batalla orgánica de poder y egos tan cara e inútil.

Ya no estamos en la era de la información, como dice Hardwick, sino en la de la gestión de la información, que es mucha, en muchos casos viciada, dirigida para amasar la opinión pública de manera conveniente. La duda estaría entre participar del sistema o, en cambio, comprarse una de aquellas gomas Milan blancas de tono nata y borrarse por completo empezando por los pies hacia arriba de este mundo global y tecnológico. Porque todo indica que la tecnología avanzada nos hace cada día más ciber-prisioneros; soldados en pijama, cárceles sin muros, presos sin grilletes.

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