La rehabilitación del edificio de Almacenes Tomás García -en Lancería 21- va a permitir la puesta en servicio de catorce apartamentos turísticos, con la singularidad de que disfrutarán de piscina en la azotea con vistas al corazón de la ciudad.
El proyecto ha sido impulsado por un promotor privado, corriendo su desarrollo a cargo del arquitecto José Carlos Galán, del estudio Ingenio Arte Arquitectura.
Se encuentra únicamente a expensas de la culminación de los trámites administrativos y la concesión de la preceptiva licencia.
El edificio tiene entradas por las calles Lancería y Remedios, convirtiéndose esta última en acceso principal tras la reforma que se ha planteado ahora.
En esa zona se recuperará el patio, quedando al descubierto el suelo acristalado que existió en la primera planta con el objetivo de mejorar la luminosidad.
No obstante, la principal novedad viene dada por la intención de construir una piscina en la azotea de aproximadamente cuatro metros de ancho por nueve de largo y 1,60 metros de profundidad.
La actuación se va a acometer sobre un edificio singular cuyo aspecto actual data del año 1899. Debe su traza a Antonio Rodríguez y es de estilo ecléptico con aires modernistas.
Se trata por tanto de un proyecto de envergadura dada la localización del edificio, así como la singularidad arquitectónica de la finca y su amplia superficie.
El proyecto respetará la planta baja para el uso comercial. Actualmente esté local está ocupado por la firma Stradivarius, que en breve se convertirá en la única enseña del grupo Inditex en el centro de Jerez.
A partir de ahí, quedarán reservadas a apartamentos turísticos las dos plantas restantes con salida hacia la calle Lancería y la única planta disponible que mira hacia la calle Remedios.
Almacenes Tomás García inició su andadura en 1886, antes incluso de que el inmueble de la calle Lancería adoptase su aspecto actual.
En 1899 se produjo la renovación estética de la finca que se conserva en la actualidad y que se va a mantener tras esta reforma.
El histórico establecimiento cerró sus puertas hace alrededor de un cuarto de siglo.
Con posterioridad, la planta baja ha sido ocupada por diferentes firmas del sector de la confección, un uso que en principio se mantendrá tras esta reforma.