El 23 de marzo de 1991, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla firmaron un protocolo para la creación de una Orquesta Sinfónica en nuestra ciudad. Se eligió enseguida a un director para ella: el maestro, nacido en Zagreb (Yugoslavia), Vjekoslav Sutej. Él fue quien, durante nueve meses y con las ayudas necesarias, se encargó de seleccionar a 110 profesores. ¡Y no se equivocó! Consiguió que grandes músicos, pese a su juventud, de muy diversas nacionalidades, con mayoría de Europa del Este acudieran a la llamada de Sevilla.
Llegaban con la ilusión de forjarse un futuro estable en una ciudad con fama de alegre y acogedora, y con el deseo de crecer artísticamente en el seno de una gran orquesta. Y, sobre todo, con la esperanza de permanencia en un conjunto musical que no fuese un castillo de paja construido al socaire de una Exposición Universal y amenazado de derrumbamiento en cuanto los fastos se apagasen. ¡Y tampoco se equivocaron! No hay más que ver el número de aquellos pioneros que, al día de hoy, siguen integrando nuestra orquesta y han echado raíces aquí.
Un grupo de aficionados sevillanos, liderados por Ramón Rodríguez Gordillo, comenzamos a reunirnos en el Mesón Puerta Jerez con la preocupación de crear una red de amigos que trataran de facilitar los primeros pasos en Sevilla de los músicos que iban a llegar de allende nuestras fronteras. Y creo que algunas cosas hicimos en ese sentido.
Y llegó el tan esperado día. El 10 de enero de 1991 tuvo lugar el concierto inaugural de nuestra Orquesta en el Teatro Lope de Vega. En el programa de mano, unas palabras de los dos dirigentes políticos, artífices del logro musical: el alcalde de la ciudad, Sr. Del Valle, y el presidente de la Junta de Andalucía, Sr. Chaves. El segundo se despedía diciendo: “Hemos puesto los medios. La música tiene ahora la palabra” ¡Y vaya si la tuvo! Turina, en la primera parte; Mussorgsky, en la segunda. Ya en el entreacto, los aficionados comentábamos entre asombrados e ilusionados: ¡tenemos orquesta y además de gran nivel! Al final, una explosión de entusiasmo como pocas veces la hemos visto en el público sevillano. Nació nuestra orquesta y, lo más importante, continuamos disfrutando de ella veinticinco años después.
Aquel mismo año, 1991, hubo ya un abono para nueve conciertos (febrero a junio) en el Teatro-Cine Apolo. Y agobios e incluso picaresca para lograr el abono de la siguiente temporada. Finalmente, el traslado al Teatro Maestranza en la temporada 92-93. Y la consecución del título de “Real”, que ya ostentó nuestra orquesta en la temporada 95-96.
¡Y cuántas cosas en estos veinticinco años! Recuerdo mi asombrada y primeriza admiración por tres músicos: el concertino Alan Traverse, el solista de trompa Stephen Conrad y el percusionista de timbales Peter Derheimer. Después, mi entusiasmo admirativo se fue extendiendo a otros solistas que siguen entre nosotros. Alguna vez, alguien tendrá que hacer una pequeña historia musical de todos ellos. Porque se merecen ese homenaje. Desde Amelia, Tatiana y Daniela a Eade y Vanhuyse; desde Policinski y Ciorata hasta Ronda y Aragó; desde Sara Bishop y Ian Parkes a Petre Nancu y Gilles Midoux. Algunos otros se incorporaron después y no puedo dejar de citar a Dmitrienco, Policinski, Sara Rhoper y Denis Konir.
Y cuadro de honor también para aquellas personas que, desde el campo de la gestión, echaron sobre sus hombros la pesada pero maravillosa tarea del día a día de la Orquesta. Citaré a dos de ellos: Francisco Senra como gerente y Juan Carlos Moreno como encargado del área de relaciones externas, fallecido tempranamente.
Y cinco directores: Sutej, Weisse, Lombard, Halfter y Axelrod, con especial mención para el primero y el cuarto y un consciente olvido para el tercero. Del actual esperamos mucho porque conocemos su gran valía musical. Pero después de su primera programación y de sus tres primeros conciertos, nos falta por saber si su dedicación correrá pareja con esa valía.
Como estamos resaltando la alegría de un aniversario, silenciaré los conflictos de los últimos años. En el momento presente la orquesta se enfrenta con graves dificultades económicas que sonrojan al comparar presupuestos orquestales de Madrid o Barcelona.
La actual gerente, Remedios Navarro, en quien confiamos plenamente, trabaja denodadamente para afrontarlas, con la inestimable ayuda de la encargada de relaciones externas, María Jesús Ruiz. Finalmente, creo que sería necesario celebrar este aniversario creando algún mecanismo institucional para la relación de los abonados con la orquesta. Ellos constituyen su anclaje.
Cumpleaños feliz. Gratitud y felicitación para todos los implicados. Y que Sevilla siga disfrutando de su ROSS muchos años más.