Coincidiendo con las fechas cercanas a un nuevo enfrentamiento futbolístico entre los dos equipos de la ciudad, un grupo de veintiocho escritores -veintinueve si incluimos al prologuista neutral, el periodista Paco Correal- divididos por el amor a sus colores pero unidos por la idea de que la rivalidad en el fútbol sevillano es sana y divertida y constituye uno de los activos culturales de la ciudad, decidieron realizar un libro de relatos con el que destacar el modelo de convivencia que caracteriza a esta antigua urbe, mucho más que bimilenaria, y que tan bien se expresa en esta dualidad, que más que dividir diversifica y enriquece su espíritu.
El fútbol, como deporte popular y bien arraigado en todas las capas sociales de cualquier país del planeta, refleja las virtudes y los defectos de nuestro mundo globalizado, de sus contradicciones y de sus miserias, pero también sus maravillas.
Como espejo de nuestra sociedad, no es ajeno a los tiempos convulsos que vivimos, en los que la violencia y el fundamentalismo ponen en jaque los tímidos y desiguales avances sociales alcanzados durante las últimas décadas.
La violencia, inducida por esa pasión tan característica del fútbol, que a veces deviene en un fanatismo de consecuencias trágicas, es una de las lacras de este deporte y, aunque en el caso de la rivalidad sevillana no ha llegado a esos extremos en muchas ocasiones, no es menos cierto que los días en los que se celebran estos partidos se hace necesario un esfuerzo importante por parte de nuestras autoridades para evitar cualquier tipo de altercado, ajeno por completo al modelo de convivencia diario entre las dos aficiones, caracterizado mucho más por la guasa, esa palabra tan sevillana, que por la agresividad.
Y son estas características de buen humor, apasionamiento y amor a unos colores, las que han unido a este grupo de escritores, a fin de destacar un derbi que es durante todo el año modelo de armonía y reflejo de una cultura milenaria andaluza de saber vivir y disfrutar la vida.
En este libro podremos encontrar socarronería y también entusiasmo, teñidos muchas veces de melancolía al recordar a personas que un día nos hicieron sentir ese primer amor que nunca lograremos olvidar por muchos disgustos que nos ocasione.
Veintinueve escritores unidos por el amor a la ciudad, con diferentes ideas políticas o credos, distintos colores futbolísticos, nos hemos conjurado para escribir un libro que es mucho más que un conjunto de relatos sobre nuestros equipos y que pretende ser nuestra contribución a subrayar los mejores valores de nuestra ciudad a través del deporte rey.
El derbi final no es sólo un alegato por la convivencia en el fútbol; es, pretende ser también, una luz que ilumine unos valores universales no siempre reconocidos, tanto dentro como fuera de Sevilla y que se han construido a lo largo de los siglos.
Ojalá que quien lea este libro vea en el mismo algo más que una competencia provinciana en un deporte vulgar; ojalá vea más que fútbol; ojalá vea un espejo en el que mirarse, un camino que seguir, un argumento para defender que el mundo aún no está perdido.
