‘¡Quiétorrr!’ para cuando está en rojo y ‘¡Al atáquerrr!’ para el verde. Dos de las muchas frases que reproduce el
semáforo de Chiquito de la Calzada. Tras más de un año, por fin, está instalado y en funcionamiento en calle Tomás Echeverría en confluencia con la calle Antonio Soler,
en su querido barrio de Huelin. Lo han creado los alumnos del colegio Ave María.
Su inauguración ha despertado gran revuelo entre los vecinos. Muchos curiosos se han acercado para ser los primeros en ver este
homenaje en forma de semáforo. Chiquito “se lo merecía”, asegura Paco Molina, quien lo conocía desde hace 43 años. Se han criado y vivido cerca y lo conocía de vista. Lo recuerda como
un hombre “muy ameno” y al que le venía casi todo bien, “menos cuando iba vestido de blanco, que no quería que nadie lo tocase”, bromea.
Y tanto que se lo merecía. Por si anda despistado y no ‘Se da cuen’, a Gregorio Sánchez
no le ganaba siendo buena persona ni ‘Fistro’. Era una persona “
magnífica, irrepetible e inolvidable”, asegura el alcalde malagueño, Francisco de la Torre, quien insiste en que era un “gran humorista, pero con unos valores humanos que destacaban”. Jorge también tuvo la suerte de conocerlo, “en la tele y algunas veces que me lo he encontrado en persona”. Este otro admirador y curioso del artista los describe como un “fenómeno y un genio”.
Chiquito
falleció hace cerca de cinco años y “se le echa de menos”, recalca Paco Molina, pero su figura se mantiene viva en el recuerdo de todos. A Manuel, vecino de Huelin, se le escapa la sonrisa al echar la vista atrás. Coincidían en las tiendas del barrio y
su arte solía crear anécdotas: “La gente lo saludaba, a dónde vas Chiquito, y él siempre con su humor decía “voy a comisaría a ver si me dan de desayunar””. Se muestra “orgulloso” de ser malagueño como él y de
homenajes como estos, pero
considera que “tienen que hacerse un poco antes”. Chiquito no llegó a ver su semáforo, ni la estatua en el parque que lleva su nombre, ni la placa en el restaurante El Chinitas, al que iba siempre.
Fue muy buen persona, además un gran humorista. Su compañero de profesión y presidente de la Asociación del Humorismo Español (ASHUMES), Tony Antonio, se dio cuenta que “lo que era Chiquito un día en el
Estadio Santiago Bernabéu, 80.000 personas le gritamos al árbitro ‘¡Fistro pecador, me cago en tus muelas!’. Llegó a lo máximo que puede llegar un humorista, a que la gente hable como él”.
El semáforo, por motivos de seguridad
, no regulará el tráfico sino que únicamente es ornamental. Tendrá una fase roja de 40 segundos y una fase verde de 60 segundos, que sí regulan nuestro estado de ánimo, porque
no hay nadie que no suelte una carcajada al ver sus movimientos y escuchar sus desternillantes frases.
Frases como ‘Hasta luego, Lucas’, ‘Siete caballos vienen de Bonanza’, ‘Le voy a poner una multa que no se la va a quitar ni Perry Mason’, ‘Relájate’, ‘Eres un torpedo’, ‘¿Te das cuen?’, ‘Usted se mueve más que los precios’, ‘Que me voy a cagar en tus muelas’, ‘No puedo, no puedo, no puedo’, ‘¡Cobarde! ¡Fistro! ¡Pecador!’ o ‘No te digo trigo por no llamarte Rodrigo’.
Ante
tanto cariño y admiración, su sobrino, Juan Tomás Sánchez, en nombre de la
familia solo ha podido dar las “gracias de corazón”.