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Málaga

Málaga vive un Lunes Santo clásico y brillante

A los momentos más sobrios se contrapuso la especial y alegre manera del Señor de la Columna y de María Santísima de la O

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El Cautivo en su barrio.

La Trinidad.

La Trinidad.

Columna.

María Santísima de la O.

Coronado de Espinas.

Cantando al señor de la Columna.

Crucifixión.

  • El buen tiempo acompañó u na jornada en la que las cofradías pudieron lucirse

Viendo las calles de la capital estos días queda claro que había ganas de Semana Santa y que sobra fervor. Si a ello se suman las buenas condiciones climatológicas, básicamente, no tener que andar mirando ni pronósticos ni al cielo, no pueden más que vivirse jornadas cofrades esplendorosas. Y este Lunes Santo tan especial siempre por las cofradías que ponen sus cortejos en el Recorrido Oficial, ha dado buena muestra de ellos.

Porque Crucifixión, Pasión, Gitanos, Dolores del Puente, el Cautivo y Estudiantes, brillaron un un mar de gente ofreciendo esa jornada de contraste donde la solemnidad de la mayoría se ve contrapunteada por la alegría emotiva y singular del Señor de la Columna. 

Sirvan para ilustrar esta realidad que de nuevo ha tomado cuerpo en las arterias malagueñas, algunas pinceladas de lo vivido ayer, como Pasión con su recorrido corto pero con numerosos nazarenos en la calle, con sus filas muy juntas, que siendo la última del día en salir, es la segunda en presentarse en la Tribuna, poco más de seis hora de andar pausado para los tronos de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y María Santísima del Amor Doloroso., un retablo andante con su peculiar palio ochavado.

Y si hablamos de momentos sobrios y solemnes, antes fue el turno para Crucifixión, la primera en pedir la venia en la Tribuna, con el Santísimo Cristo de la Crucifixión, llevado como sabe por sus hombres de trono con mecida corta, con su exorno de iris, siemprevivas, limonium y cardos; y con María Santísima del Mayor Dolor en su Soledad en su trono sobre orquídeas, fresias, flor de arroz y rosas de pitiminí.

Momentos de alegría

Todo lo contrario es el caminar alegre de Nuestro Padre Jesús de la columna, acompañado de su variopinto cortejo con ese en el que se suceden los bailes y cantes tras los tronos: como en el caso de la imagen de la Virgen de Gitanos, de María Santísima de la O, con su rojo intenso, esa señora morena con el movimiento peculiar de los borlones de su palio,  con el buen hacer tras el trono de la Banda de Zamarrilla; un contrapunto en una jornada llena de clacicismo al que Gitanos da un color especial.

También fue intenso el momento en el altar exterior del atrio de la Catedral para la cofradía de Estudiantes,  donde se vivió una sentida homilía a cargo del Obispo de Málaga, Jesús Catalá, y el encuentro entre la Virgen de Gracia y Esperanza frente a Jesús Coronado de Espinas.

Ayer fue el turno también para el Santísimo Cristo del Perdón y Nuestra Señora de los Dolores de la Hermandad de Dolores del Puente, una cofradía, que como destacan desde la Agrupación es digna de ver por las “estampas añejas y cargadas de emoción por las calles de su barrio”. Además, este año se ha sumado el caminar del cristo sobre su nuevo trono diseñado por Jesús Castellano.

Y el Lunes Santo, ya se sabe, es el día para el Señor de Málaga, para el Cautivo y María Santísima de la Trinidad, que una vez más, procesionaron desde su barrio, donde cada rincón enciende la pasión cofrade, donde no cabía un alfiler, para buscar sus momentos multitudinarios también en las calles céntricas y el Recorrido Oficial. Y donde no faltó este año la anécdota de la nueva imagen que ha ofrecido al cruzar el Puente de la Aurora, ya que la vista majestuosa que tantos cofrades y curiosos buscan cada año, ha contado este con un momento visual crítico, al contrastar con una de las enormes torretas de Martiricos que añade un punto más a su inacabable polémica. Por lo demás, impecables los exorno florales de claveles rojos y friso de lirios morados con cardos, en el trono del Cautivo y de rosas rosa pálido y de pitiminí en el de la Virgen de la Trinidad. A lo que se suma, su especial caminar cadencioso y suave.

 

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