Sergio Pellicer ha regresado de sus vacaciones con las pilas cargadas. El entrenador castellonense, que estuvo por momentos cerca de lograr una heroica permanencia en Segunda División, no quiere ni un ápice de relajación en la plantilla que jugará el curso que viene en Primera Federación.
El conjunto blanquiazul comenzó la pretemporada el pasado lunes, pero bien podría parecer por la
exigencia que se trata ya de
un grupo rodado. Y es que durante estos cinco primeros días el equipo habrá llevado a cabo nada más y nada menos que siete entrenamientos.
Las
9:30 de la mañana se ha convertido ya en santo y seña para Pelli. Una hora temprana, que permite a sus chicos no sufrir las inclemencias meteorológicas de una semana en la que el calor arrecia como pocas veces se ha visto en los últimos tiempos por la Costa del Sol. Así, los malaguistas se han ejercitado siempre a esta hora entre. A ello, hay que añadir las
dobles sesiones de miércoles y de viernes, en estos casos, llevadas a cabo a las 19:00 horas ambas.
Circuito físico, rondo y labor táctica han sido los principales ejes sobre los que ha vertebrado su trabajo Sergio Pellicer. La larga lista de canteranos, así como Genaro, Juande y los seis fichajes confirmados se encuentran ya en una dinámica de normalidad absoluta.
Por contra,
Ramón, Dioni, Larrubia, Haitam e Izan Merino están realizando labor específica en el gimnasio y no forman parte del grupo que se ejercita todos los días en la Federación. El último en unirse a esta lista fue el extremo cedido la temporada pasada en el Mérida, tras sentir unas pequeñas molestias el pasado miércoles.
Esto, obviamente,
deberá ser contrarrestado con momentos de mayor calma, para evitar llegar a finales de agosto -cuando comenzará la Liga- agotados, como ya pasó con Pablo Guede la temporada 2022-2023.