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Málaga

Cinco tormentas históricas que sacudieron Málaga

Málaga ha sido testigo de fenómenos meteorológicos extremos a lo largo de su historia. Desde lluvias torrenciales hasta inundaciones que marcaron a generaciones

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  • Las calles de Málaga quedaron inservibles tras la tormenta de 1989. -
  • Las tormentas más devastadoras han dejado una huella imborrable en la memoria de la ciudad. A continuación, repasamos cinco de las más impactantes

La tormenta del 23 de noviembre de 1989

La furia de un noviembre imparable

El 23 de noviembre de 1989, Málaga vivió una de las mayores tormentas de su historia reciente. Las lluvias torrenciales superaron los 300 litros por metro cuadrado en tan solo unas horas, un fenómeno que desbordó cauces y provocó el colapso de numerosas infraestructuras. La ciudad quedó paralizada, con calles completamente anegadas y viviendas inundadas en numerosos barrios.

La situación fue especialmente grave en la zona de Ciudad Jardín y en el centro, donde el agua alcanzó niveles históricos. Las autoridades desplegaron equipos de emergencia para rescatar a decenas de personas atrapadas, y las pérdidas materiales se estimaron en miles de millones de pesetas, haciendo de esta tormenta un desastre que todavía se recuerda.

La riada del Guadalmedina en 1907

Una catástrofe que cambió la ciudad

La riada del 24 de septiembre de 1907 es considerada el desastre más devastador que ha sufrido Málaga en su historia. Durante la madrugada, el río Guadalmedina se desbordó tras varias horas de intensas lluvias, arrasando con todo a su paso. La crecida se llevó por delante puentes, viviendas y acabó con la vida de al menos 21 personas, dejando a la ciudad en un estado de emergencia sin precedentes.

La tragedia impulsó importantes obras de ingeniería, como la construcción de la presa del Agujero para evitar futuras riadas. Esta catástrofe no solo marcó a los habitantes de Málaga, sino que también cambió la planificación urbana de la ciudad para prevenir futuros desbordamientos.

La tormenta de la Feria de 2008

Fiesta pasada por agua

Durante la Feria de Málaga en agosto de 2008, una fuerte tormenta sorprendió a miles de personas que disfrutaban del evento en el centro y en el recinto ferial. Las precipitaciones torrenciales provocaron que las calles del centro histórico se convirtieran en auténticos ríos, causando un caos generalizado. Los feriantes tuvieron que suspender sus actividades, y las casetas quedaron inundadas, obligando a evacuar a muchos asistentes.

La tormenta dejó una imagen icónica: cientos de paraguas improvisados en plena Feria, un acontecimiento que rara vez se ha visto afectado por el clima. Aunque la lluvia solo duró unas horas, fue suficiente para causar grandes destrozos y afectar el desarrollo de una de las fiestas más esperadas de la ciudad.

La gran nevada de 1954

Blanco y devastador

Aunque Málaga es conocida por su clima templado, el invierno de 1954 trajo una tormenta de nieve que sorprendió a sus habitantes. Durante el mes de enero, una inusual ola de frío afectó a toda Andalucía, y Málaga se cubrió de una capa blanca como no se había visto en décadas. La nieve paralizó el transporte, y muchas zonas quedaron incomunicadas, especialmente en las áreas montañosas.

La nevada, aunque breve, causó enormes daños en infraestructuras y viviendas poco preparadas para soportar ese peso. Los malagueños recuerdan con cariño, pero también con asombro, esta tormenta, que dejó postales inusuales de la Alcazaba y la Catedral cubiertas de nieve.

El temporal de diciembre de 2016

Diciembre bajo el agua

En diciembre de 2016, Málaga sufrió una de las lluvias más intensas de la última década. En tan solo dos días, las precipitaciones sobrepasaron los 250 litros por metro cuadrado, provocando inundaciones en varios puntos de la ciudad. Los barrios de El Palo y la zona de Teatinos fueron los más afectados, y los vecinos se enfrentaron a la pérdida de sus bienes y al corte de numerosos servicios básicos.

Este temporal fue seguido de cerca por medios locales y nacionales, y dejó en evidencia las deficiencias en el sistema de drenaje de Málaga. La ciudad tuvo que invertir millones en reparaciones y en mejorar la capacidad de respuesta ante tormentas de esta magnitud.

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