Sus muertes se podrían haber evitado. La de la agente Vanessa Lage, de Vigo, y la del policía malagueño Francisco Díaz. Fallecieron en actos de servicio. Una, tiroteada, mientras intervenía en un atraco. El otro, apuñalado por un mendigo, cuando trataba de identificarlo.
El Sindicato Unificado de Policía en Málaga lleva años demandando esta prenda básica para la seguridad de los agentes. Su secretario general, Manuel Expósito, calcula que la mitad de los agentes de la provincia no cuenta con uno. Y los que lo tienen, es, en la mayoría de los casos, porque lo han adquirido por su cuenta. Un chaleco de protección pueden rondar los 400 euros de precio.
Expósito lamenta además el déficit de agentes que hay en el Cuerpo Nacional de la Policía en Málaga.