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Superar el alcoholismo es posible con la ayuda de adictos recuperados

El alcohol es la droga que más se consume en nuestra cultura y la que más problemas de toda índole produce en nuestro organismo

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  • Adicción.

El alcohol es la droga que más se consume en nuestra cultura y la que más problemas de toda índole produce en nuestro organismo -y en nuestra sociedad-. Su aceptación social resulta tan generalizada como perniciosa. Afortunadamente, la adicción al alcohol  -una enfermedad crónica que, como tal, requiere tratamiento específico-, puede superarse.

El propósito del tratamiento de la recuperación de adicciones, entre ellas, el alcoholismo, consiste en lograr una reinserción completa y satisfactoria del paciente en su entorno social, familiar y profesional.

Entre los centros especializados en recuperación de adicciones, cabe destacar al Instituto Castelao,  cuyo centro de ingreso y desintoxicación está situado en Vélez-Málaga (puede visitar su centro de adicciones en Málaga). Además, el Instituto Castelao tiene centros en Alicante, A Coruña y Madrid de régimen ambulatorio.


El Instituto Castelao desarrolla un tratamiento integral de la adicción, desde la desintoxicación a la reinserción, pasando por la deshabituación y rehabilitación. Allí, se aborda el alcoholismo impartiendo terapias grupales, individuales, familiares y de pareja; siempre por parte de un equipo de terapeutas adictos recuperados y debidamente formados para así entender la enfermedad y compartir la recuperación entre iguales. Puedes conocer más sobre Instituto Castelao aquí

¿Qué provoca el consumo de alcohol?

El alcohol llega en pocos minutos al cerebro, que es el principal órgano afectado por esta droga. Así, provoca cambios de humor, bloquea los neurotransmisores del cerebro -pérdida de reflejos, asimilación de recuerdos y concentración-, elimina neuronas, altera el proceso normal del sueño, genera aislamiento social y distorsiones de la realidad, y afecta al estómago y al hígado, donde se metaboliza. Por tanto, su ingesta genera problemas de coordinación, pérdida de nitidez en la vista, pérdida de conciencia y/o paros cardíacos, y su excesivo consumo puede provocar cirrosis (enfermedad crónica hepática).

Asimismo, la ingesta inmoderada de alcohol altera la nutrición por la reducción de vitaminas -solo aporta calorías vacías, sin nutrientes-, disminución del azúcar en sangre y aumento de ácido úrico. Produce pérdida de la líbido o deseo sexual, atrofia muscular a largo plazo, deterioro en la piel, aumento de triglicéridos colesterol e hipogonadismo y ginecomastia por alteración del metabolismo de estrógenos.

En cuanto a los daños cerebrales, puede provocar síndrome de Korsakoff (confusión, alteración de la memoria para hechos recientes o nueva información, tendencia a rellenar lagunas en la memoria con confabulaciones), síndrome de Wernicke (encefalopatía caracterizada por confusión, pérdida de coordinación o ataxia), y síndrome amnésico.

El alcohol afecta a la atención, la memoria, y procesos ejecutivos. De hecho, el 75% de alcohólicos manifiestan disfunciones neurológicas significativas. Las estructuras cerebrales más afectadas son las relacionadas con la memoria, el aprendizaje, la atención, la resolución de problemas o la organización de la conducta. Aunque se ha demostrado científicamente que la recuperación neurocognitiva es posible después de un largo periodo de abstinencia.

Cómo ayudar a una persona adicta

Según los expertos, trabajar la adicción como enfermedad permite reeducar las bases cognitivas o de conocimiento y aprendizaje del paciente, para lograr una vida saludable física, mental y emocionalmente hablando. Debe comenzarse por un trabajo de crecimiento interior que paulatinamente se va fortaleciendo evidenciando cambios en la vida diaria, mejora en la capacidad de relacionarse con los demás, de valorar lo cotidiano y de identificar y expresar sentimientos. Asimismo, debe trabajarse el egocentrismo que caracteriza la adicción para disminuirlo, así como la necesidad de aprobación externa. Además, es importante fomentar la adquisición de confianza en uno mismo, el compañerismo, la ayuda mutua, la comprensión, la tolerancia y la empatía.

Técnicas de recuperación

Es sabido que el tratamiento más eficaz para recuperarse de la adicción a cualquier sustancia psicoactiva son las terapias cognitivo-conductuales. Sus características generales incluyen: Centrarse en el abordaje de problemas actuales.; establecer metas realistas y consensuadas con el paciente.; y utilizar técnicas para aumentar la capacidad de resolución de problemas de los pacientes.

Comparando las terapias cognitivas con otros enfoques terapéuticos, algunos hallazgos han sido los siguientes: entre los tratamientos psicosociales, los más eficaces son las intervenciones breves y el entrenamiento en habilidades de afrontamiento; la terapia cognitivo conductual es la que se muestra más eficaz; el manejo de contingencias ofrece resultados superiores al inicio del tratamiento, pero a los 3 meses lo supera la terapia citada.


 

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