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Vuelve Factoría Echegaray con el estreno de 'Los Ignífugos'

La obra ahonda en los límites de los sistemas sociales a través de dos historias: un experimento con ratas y las vicisitudes de un aislado entorno familiar

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Ensayo de 'Los Ignífugos'.

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  • Vuelve Factoría Echegaray con el estreno de 'Los Ignífugos'
  • Los sistemas aislados que se representan pueden recordar a la época de confinamiento y a las restricciones actuales

El próximo 14 de septiembre llegará al Teatro Echegaray ‘Los Ignífugos (Universo 29)’, obra que puede presumir de ser la elegida para dar el pistoletazo de salida a la nueva temporada de Factoría Echegaray. El premiado texto de Ruth Rubio cobra vida 4 años después de ser escrito, de la mano de Natalia Cobos en el papel de ‘Juana’, Javier Cereto encarnando a ‘Mayo’, Virginia Nölting en el rol de la ‘Madre’ y Eskarnia (Elena Casanueva) en el de ‘Andrea’.

Fue escrito antes del covid. De repente estamos hablando de cosas que antes no estaban en el imaginario colectivo, pero ahora sí

Su misma autora es la que dirige esta obra que habla de los “crueles” y “asfixiantes” sistemas sociales en los que vivimos, que tienden a su “propia destrucción”.

Estas son las pequeñas pinceladas que ha dado su directora durante los ensayos previos: “Desde un microcosmos, la casa en Juana (donde vive con su familia), tratamos de contar cómo están abogados a morir todos los grandes sistemas en los que habitamos: el capitalismo salvaje, las dictaduras”.

Dentro de este “microcosmos” con vicisitudes familiares existe un segundo cosmos. Una de las protagonistas, Juana, está experimentando con ratas y crea un universo llamado ‘Universo 29’.

Esta idea se basa en un experimento sociológico real. Se creó un paraíso artificial para roedores, pero la falta de contacto con el exterior acabó asfixiándolos. “Estudiaron cómo un sistema cerrado, que era un paraíso artificial, donde las ratas lo tenían todo tendió a su propia muerte, por no intercambiar nada con el exterior”.

En ‘Los Ignífugos’ conviven dos historias que se entrelazan para hablar de abandonar el nido, del deseo y sus fronteras, del lado oscuro de los paraísos artificiales y del fútbol como reivindicación y como lugar para el acto político.

Una obra que, a raíz del coronavirus, nos trae recuerdo de lo vivido: “Este texto habla de un entorno cerrado. Fue escrito antes del covid. De repente estamos hablando de cosas que antes no estaban en el imaginario colectivo, pero ahora sí”.

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