"Estamos ante una prueba de resistencia para la solidaridad europea", afirmó el miembro de la presidencia de la Federación de la Industria Alemana
La gran industria alemana teme los efectos sobre la economía del país de una "persistente escasez de gas", solo subsanable, a su parecer, si Europa muestra al presidente ruso, Vladímir Putin, una respuesta "solidaria".
"Estamos ante una prueba de resistencia para la solidaridad europea", afirmó el miembro de la presidencia de la Federación de la Industria Alemana (BDI), Wolfgang Niedermark, en declaraciones recogidas por la televisión pública ARD.
La reducción de suministros rusos hace temer una "escasez persistente y a largo plazo", advierte el representante de la BDI, quien considera un "paso importante" el plan de la Comisión Europea (CE) para reducir en un 15 % el consumo de gas.
"La escasez persistente se viene sobre Alemania y sobre Europa. El conjunto de la sociedad, desde el empresariado, al sector público y el consumo privado deben ahorrar energía ahí donde sea posible", argumenta Niedermark.
Estas declaraciones se suman a las estimaciones difundidas hoy por el instituto económico alemán Ifo, según las cuales el sector exportador alemán teme los efectos negativos de la escasez de gas sobre el comercio exterior del país.
De acuerdo con esas evaluaciones, las expectativas de los exportadores alemanes han caído a menos 0,5 % este julio, respecto al 3,4 % en positivo notificado en junio.
"La escasez de gas lastra las expectativas del sector exportador", afirma el Ifo en un comunicado acerca de los ánimos en uno de los motores tradicionales de la economía alemana, como son las exportaciones.
El gobierno alemán centra sus esfuerzos desde el inicio de la invasión de Ucrania por Rusia en reducir la dependencia de las importaciones de gas ruso, que en febrero representaban un 55 % del total de las importaciones y en junio un 26 %, según datos recientes del Ministerio de Economía.
A la reanudación de los suministros a través del gaseoducto Nord Stream, registrada la semana pasada tras diez días de interrupción, siguió ayer el anuncio por parte del gigante ruso Gazprom de un drástico recorte del servicio hacia Europa occidental.
Según Gazprom, la nueva reducción dejará los suministros a través de Nord Stream en 33 millones de metros cúbicos diarios.
Actualmente, Rusia suministra solo el 40 % de las normas habituales de gas debido a que espera la devolución de una de sus turbinas Siemens, que estuvo bloqueada en Canadá debido a las sanciones por la campaña militar rusa en Ucrania y que en la actualidad está en camino de vuelta.