El recorte consumado hoy en los suministros de gas ruso a Europa a través del gaseoducto Nord Stream responden a una "estrategia de guerra" por parte de Moscú, no a problemas técnicos, según la agencia federal de redes alemana (Bundesnetzagentur).
Las explicaciones dadas por Moscú para rebajar a un 20 % de su capacidad esos envíos "no son realistas", afirmó el jefe de la Bundesnetzagentur, Klaus Müller, en declaraciones a la radio pública Deutschlandfunk.
Desde su departamento, la autoridad competente en Alemania, se confirmó esta mañana que se había producido la reducción esperada al 20 % de la capacidad, lo que significa la mitad de lo que se estaba recibiendo en los últimos meses.
Concretamente fluyen desde las 06.00 horas GMT 1,28 millones de metros cúbicos por hora, con lo que se cumple el pronóstico anunciado por el gigante gasístico ruso Gazprom, que aduce labores de mantenimiento y la falta de una turbina.
El recorte se produce después de la reanudación del servicio, la semana pasada, tras diez días de interrupción total asimismo debido a labores de mantenimiento, según Moscú.
Tanto el canciller socialdemócrata Olaf Scholz como su ministro de Economía y Protección del Clima, el verde Robert Habeck, sostienen que no hay obstáculos técnicos para un flujo regular de gas ruso a través de Nord Stream.
Habeck ha acusado repetidamente a Moscú de utilizar el gas como arma de guerra, mientras acelera la búsqueda de alternativas para reducir la dependencia energética de Alemania respecto a Rusia.
El pasado febrero, con el inicio de la invasión rusa a Ucrania, los suministros rusos suponían un 55 % del total de importaciones de gas que recibía Alemania, porcentaje que a finales de junio se había rebajado al 26 %.
Habeck mantiene el propósito de tener los depósitos de gas en un 95 % de su capacidad para el 1 de noviembre, para garantizar con ello la seguridad energética en invierno. Actualmente se encuentran en el 64,4 % y, de acuerdo con el plan del ministro, deberían estar en el 75 % para septiembre.