El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha anunciado "cambios profundos y reformas significativas" en las políticas activas de empleo en otoño, una vez que se apruebe definitivamente la reforma laboral que se tramita en el Parlamento.
Así lo puso de manifiesto Zapatero durante su comparecencia para hacer un balance de su gestión en la primera mitad del año, donde resaltó la necesidad de aumentar la gestión de las demandas y ofertas de empleo desde los Servicios Públicos de Empleo Estatal, que actualmente "está lejos" de lo que requiere el país y son la "gran asignatura pendiente" para salir de la crisis.
El presidente defendió que esta reforma de las políticas activas de empleo es un "campo distinto" de la del mercado de trabajo y necesita también "un importante acuerdo social", además de un "cambio en la gestión" de las dotaciones y la organización de la políticas por parte de "todas las administraciones".
"Los poderes públicos no pueden resignarse a tener un porcentaje mínimo de intermediación laboral de los trabajadores", incidió Zapatero, quien explicó que el objetivo es que los Servicios Públicos de Empleo ofrezcan una atención "personalizada" a cada parado en su búsqueda de empleo. "Esto va a obligar a cambiar muchas cosas", incidió.
El jefe del Ejecutivo señaló al respecto que el desempleo es la "gran preocupación del Gobierno y el gran reto", y por este motivo adelantó que la ampliación de la ayuda de 426 euros a los desempleados sin ingresos se aprobará en el Consejo de Ministros del 20 de agosto, tal y como reclamó el Congreso en el último Debate sobre el estado de la Nación, aunque la medida entrará en vigor el 16 de ese mismo mes.
PIDE PRUDENCIA A LOS SINDICATOS
El jefe del Ejecutivo expresó su "gran respeto" a los sindicatos pese a la "discrepancia fuerte" que mantiene con CC.OO y UGT por la reforma laboral, ante la que les pidió que sean "prudentes" en sus valoraciones a la espera de conocer si la nueva ley consigue sus objetivos, y afirmó que seguirá contando con ellos para negociar la reforma de las políticas activas.
"La reforma laboral que estamos aprobando tiene como finalidad fundamental evitar despidos algo que reitero, mantengo y defenderé donde haga falta", insistió el presidente, quien señaló que el texto "da flexibilidad a las empresas donde no la había" para que ante "circunstancias económicas adversas" tengan alternativas antes de llegar al despido, como la reducción de jornada o el "desenganche salarial" de los convenios.
En este sentido, aseguró que el modelo laboral actual "no es defendible", ya que se ha confirmado que cuando hay una crisis económica, "el sistema laboral español no sabe reaccionar para adaptarse". "Por eso hemos hecho esta reforma", explicó, y señaló que se trata de una ley "equilibrada y de calado".
CAUSAS "EQUILIBRADAS" PARA EL DESPIDO OBJETIVO
Asimismo, defendió la nueva concreción sobre las causas del despido objetivo pactada por PSOE y PNV a través de una enmienda cuyo texto leyó íntegramente. "Me da la impresión que no se ha leído con el suficiente detenimiento", incidió Zapatero, quien remarcó que la empresa tendrá que demostrar ante el juez que la caída de ingresos o pérdidas de ingresos ponen en riesgo su viabilidad y el mantenimiento del empleo.
"Me parece que es bastante equilibrado", incidió Zapatero, quien apuntó que los "empresarios desaprensivos" no podrán acogerse a esta modalidad porque hay una tutela judicial.
"Lo que se hace es que en nuestro ordenamiento existan de verdad causas objetivas para ese despido", incidió Zapatero, y se preguntó si "alguien puede entender" que en 2009, en el epicentro de la crisis, sólo el 20% de la extinciones de contrato pudieran articularse a través del despido objetivo por causas económicas.
Zapatero agradeció la "responsabilidad" de los grupos políticos que han negociado con el PSOE esta y otras modificaciones a la reforma, principalmente CiU y PNV, así como aquellas que han permitido prosperar otras reformas, como las medidas de ajuste del déficit público, al afirmar que "han hecho un buen servicio al país", aunque admitió que le gustaría contar con un apoyo más explícito.
"Comprendo que no es fácil dar el sí a medidas impopulares", incidió Zapatero, que señaló que el próximo "compromiso fundamental" que asumirá el Gobierno es la reforma de las pensiones. "Para que los trabajadores tengan una pensión digna tienen que asumir que hay que hacer una reforma, hoy para mañana", remarcó, asegurando que si se aborda ya "será razonable, progresiva y asumible".
RAJOY NO SE ATREVE A DAR ALTERNATIVAS
Asimismo, aprovechó para arremeter contra el PP por su rechazo a la reforma laboral, un texto que, según recordó, toca "temas fundamentales", incluida la reforma de la negociación colectiva si patronal y sindicatos no llegan a un acuerdo en seis meses, y calificó de "lamentable" su "falta de alternativas".
"No han presentado una mínima alternativa", señaló Zapatero, e incidió en que el líder del PP, Mariano Rajoy "o no tiene una idea clara" de lo que quiere en reforma laboral o no se atreve a decirla", frente al PSOE, que, según defendió, históricamente, ha sido el partido que "más ha apostado por las reformas y mas ha hecho por el Estado del Bienestar y la cohesión social".