El trabajador de Barajas que suministró el combustible antes del primer despegue del avión de Spanair declaró ayer ante el juez Juan Javier Pérez que la persona que se encargó del repostaje tras la avería detectada en el RAT le comentó que las luces anticolisión, ubicadas en la parte inferior del fusilaje, estaban encendidas. Esta situación implica que el avión estaba en pista en modo vuelo y no en tierra, y que el comandante Antonio García Luna bajó del aparato para indicarle la cantidad de combustible que debía de repostar, por lo que podría haber visto esta incidencia.
El instructor del siniestro prosiguió en la mañana de ayer la ronda de declaraciones que inició el pasado 15 de octubre con cinco testigos indirectos de la catástrofe. Entre ellos, testificó Manuel S.S., el empleado de la empresa S.I.S. que realizó el primer repostaje del MD-82 accidentado el pasado 20 de agosto. También compareció el coordinador de pistas de la empresa Newco y varios trabajadores de la misma compañía. Durante su comparecencia, uno de los abogados de las familias de las víctimas preguntó a Manuel S.S. si su compañero Guillermo A.C. se percató de algo extraño en el momento del repostaje, a lo que éste contestó: “Sí, me dijo que le llamó la atención que las luces anticolisión estaban encendidas”. El hecho de que estas luces estuvieran conectadas indicaría que el avión se encontraba en pista en modo vuelo y no en modo tierra como debería haber estado. Éste podría ser el origen de la sucesión de fallos que provocó que el aparato se estrellase segundos después de despegar. Del sensor del modo vuelo dependen 26 funciones del avión, entre ellas el RAT y el TOWS, el sistema de avisos sonoros de la configuración del despegue. Tras desconectar el RAT por la avería, el TOWS falló y no avisó al comandante de que los alerones anteriores y posteriores no estaban desplegados, lo que provocó que se estrellase. Según el juez, “cabe la posibilidad de que la avería en el RAT del 20 de agosto fuera una consecuencia o manifestación de un fallo multifuncional que afectara también al TOWS (la alarma de configuración inadecuada para el despegue), alimentado por el mismo relé”. Al salir de la Sala, Manuel contó a los periodistas en los pasillos de los juzgados que antes del primer despegue, conectó las mangueras al depósito y cargó 10.130 litros de queroseno, con lo que el combustible quedó en un total de 25.500 libras. Según narro, el avión regresó tras la avería en la sonda que mide la temperatura exterior para repostar más queroseno.